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Editorial
Fumando espero...
Y mientras los ciudadanos que van por el tradicional sector de la Avenida Sexta, se tropiezan con puestos callejeros en que se ofrecen desde un paquete hasta bultos, la pregunta es: ¿Dónde está la Policía Fiscal y Aduanera? ¿Dónde está la DIAN?
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Lunes, 14 de Junio de 2021

Solo han cambiado las marcas. Antes era el Marlboro sin estampillar, después el Belmont y el Astor producidos en Venezuela, y ahora en el mercado del cigarrillo de contrabando en Cúcuta y Norte de Santander mandan la parada el D&J, Empire, Gold, Real, Miller, Carnival, Fisher, Monarch y Concept.

Pero en esta oportunidad detrás del negocio ilegal en la región podría encontrarse oculta la mano del narcotráfico, que según un análisis de la British American Tabaco (BAT), lava dinero sucio en una proporción del 1% al 3% contrabandeando cigarrillos en Colombia.

El otro hecho detectado en una investigación periodística publicada por La Opinión, es que los cargamentos ilegales de esos productos elaborados en China, India y Paraguay, se quedan en Colombia mediante una maniobra de bodegaje temporal en Barranquilla, Cartagena, Santa Marta o Buenaventura, al indicarse que la mercancía seguirá en tránsito hacia Argentina o Brasil.

Pero mentira, en cualquier momento antes de volver a los barcos, los contenedores son descargados y el cigarrillo pasa a meterle ‘homo cancerígeno’ a las finanzas de los departamentos.

Un calco del anterior procedimiento ocurre igualmente en Venezuela, desde donde los cargamentos llegan a territorio nortesantandereano por las trochas fronterizas, aunque las  autoridades indican que en su mayoría llega procedente desde La Guajira, una de las rutas tradicionales de este negocio al margen de la ley.

Y mientras los ciudadanos que van por el tradicional sector de la Avenida Sexta, en el centro de Cúcuta, y se tropiezan con puestos callejeros en que se ofrecen desde un paquete hasta bultos para comercializar, la pregunta evidente en este tipo de situaciones es: ¿Dónde está la Policía Fiscal y Aduanera? ¿Dónde está la DIAN?

Pero fuera de eso surgen más interrogantes: ¿Por qué no han golpeado a los capos del negocio? ¿Si saben que en los puertos está una de entradas al contrabando por qué no se actúa allá? ¿Y si aquí las trochas sirven de entrada por qué no hay más controles? Pero además, si es La Guajira nuestro surtidor, ¿por qué no les montan operativos envolventes a los contrabandistas que por carretera traen los matutes?

Y mientras alguien contesta, lo cierto es que las finanzas departamentales siguen siendo rudamente golpeadas por  los recursos que se dejan de percibir y que el año pasado fueron del orden de los $9.000 millones que no pudieron dirigirse hacia la salud, la educación, la recreación y el deporte en Norte de Santander.

La contestación de las autoridades encargadas debe de ser de operaciones envolventes para desbaratar ese multimillonario negocio que a las mafias del contrabando de cigarrillos les deja ganancias de 205 millones de dólares al año.

Al hacer la multiplicación, el resultado que arroja es de $743,000 millones, que para estos tiempos en que el país anda buscando recursos para atender la deuda social y los problemas económicos, resultarían de gran ayuda.

Sin embargo, lastimosamente vemos que ese dineral engrosa las arcas de  la delincuencia. Hay que decirle no más y emprender las operaciones policiacas de rigor junto con los jueces y fiscales para romperle el espinazo a las estructuras del contrabando, porque así como se escuchan llamados de apretarse el cinturón y de hacer esfuerzos fiscales, pues ahí tenemos un ejemplo de acabar aquello de “fumando espero…” como en la canción de Sarita Montiel, sino de actuar ya para contener y cerrar esas redes que desaguan los presupuestos y alimentan el crimen. 
 

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