En ocho puntos, Norte de Santander se encuentra bloqueado por el paro camionero en rechazo al alza del galón de ACPM, generando graves impactos a la comunidad y a las actividades económicas.
Ni al interior del país ni a la costa Caribe es posible el tráfico vehicular, situación que implica la urgencia de que el Gobierno Nacional escuche a los transportadores con el fin de buscar acuerdos para desmontar esta grave crisis que registra en estos momentos el país.
Como sucede en esta clase de movimientos, el más afectado es el ciudadano de a pie, motivo por el cual tiene razón el Consejo Gremial Nacional al comentar que en el marco del ejercicio del derecho a la protesta pacífica no pueden vulnerarse la libertad de circulación, el derecho al trabajo, el acceso a los alimentos y a servicios esenciales.
Este asunto del ACPM tiene muchas aristas e implicaciones para la misma salud de la economía del país como consecuencia del déficit del Fondo de Estabilización que en este momento es de $56 billones, el cual para reducirlo y recortar esa especie de subsidio hay que buscar fórmulas diversas que se complementen.
Es necesario que la salida no sea únicamente el alza a rajatabla como lo venía advirtiendo el Gobierno Nacional, y que afortunadamente a última hora de ayer fue congelada hasta la búsqueda de soluciones alternas.
A los ministros de Minas, de Hacienda y de Transporte, al igual que Planeación Nacional, junto con sus equipos de expertos, les corresponde sacar adelante las alternativas más favorables para superar el complejo problema.
El presidente Gustavo Petro que siempre se ha mostrado amigo del diálogo y la negociación como lo ha hecho con grupos como el Eln, la disidencia de las Farc o el Clan del Golfo, ahora con esa rama de olivo que le acaba de tender a los camioneros tiene la posibilidad de lograr una estrategia adecuada para solucionar el asunto del ACPM sin golpear a las clases populares y a la economía en general.
Las mesas de trabajo anunciadas por la ministra cucuteña de Transporte, María Constanza García, son mucho mejores que aquello de tratar de estigmatizar para intentar hacer ver como ‘golpistas y militantes políticos’ a quienes están al frente de estas protestas, puesto que se trata de una forma de radicalización que nada bueno traerá y que puede alimentar aún más los niveles de tensión y confrontación.
Restablecer la normalidad en las carreteras es de suma urgencia para no seguir generando millonarias pérdidas porque no se pueden mover las mercancías aparte de que miles de pasajeros que iban por vía terrestre a departamentos vecinos como Santander o Cesar o hacia Bogotá y el Caribe se encuentran sin poder hacerlo debido a los bloqueos.
La sensatez tiene que primar entre las partes. Las conversaciones sin duda alguna es necesario que terminen en la consolidación de una estrategia sólida para el manejo del precio de un combustible como el ACPM que tiene una directa relación con la canasta familiar, porque es el que permite que se mueva el parque automotor de carga y de transporte público urbano e intermunicipal.
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