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Amables lectores: Nuevos centros de producción reemplazan a los viejos. Ciudades, hasta hace poco, difícilmente perceptibles en los mapas, hoy son florecientes megalópolis con nuevas empresas y miles de puestos de trabajo. ¿Usted ha oído hablar de SHENZHEN? No es una sopa de letras ni un jeroglífico, simplemente es una ciudad China, con el más rápido crecimiento a nivel mundial.
Es un puerto marítimo que en treinta años se ha transformado de ser un pequeño pueblo de pescadores a una metrópoli de 15 millones de personas, convirtiéndose SHENZHEN en una de las capitales de la industria manufacturera del planeta. En 1.979 se decidió su futuro cuando las autoridades Chinas resolvieron hacer allí la primera “zona económica especial”. En poco tiempo el flujo de inversiones extranjeras hicieron surgir fábricas nuevas que producen una gran parte de los bienes que consumen los países ricos. Siempre se ha sostenido que cuando alguien gana, otro pierde. Mientras Detroit y Cleveland perdían puestos de trabajo e iniciaban su decadencia SHENZHEN se desarrollaba en forma acelerada. Hoy es uno de los puertos con mayor tráfico en el mundo. Cada año dejan el puerto 25 millones de contenedores, casi uno cada segundo. En pocas semanas esta mercancía arribará a Los Ángeles, Rotterdan o Génova y de allí a centros comerciales de grandes superficies como Walmart o una tienda Apple.
Los iphone e ipad, fueron concebidos y proyectados por ingenieros de Apple en California, siendo esta la única fase del proceso de producción realizado en los Estados Unidos. El valor agregado americano es la creatividad e inventiva de ingenieros y diseñadores. Los componentes electrónicos de iphone sofisticados, pero no innovadores, son fabricados en Singapur y Taiwán. El ensamble a mano de los centenares de componentes que constituyen el teléfono y que consumen la más elevada cantidad de obreros se realiza en SHENZHEN en una fábrica con 400 mil empleados que más parece una ciudad anexa. Si usted compra desde Estados Unidos un iphone “online”, este le es enviado directamente desde SHENZHEN y cuando el equipo le llega, ha sido tocado por un “solo” trabajador americano, “el conductor del servicio de correo” que lo entrega.
En el siglo veinte la riqueza de los estados la determinó su fuerza manufacturera. Hoy el empleo en la industria es una excepción. Es más probable que un americano trabaje en un restaurante que en una fábrica. Durante los últimos veinte años la industria manufacturera de Estados Unidos perdió unos 372 mil puestos de trabajo. Las razones son básicamente dos: Progreso tecnológico y globalización. La inversión en maquinaria cada vez más eficiente, aumenta la productividad y disminuye la mano de obra. La globalización está diezmando el empleo manufacturero en los países occidentales. En confecciones, las “marcas” americanas y europeas gozan de buena salud pero su producción se realiza en Vietnam o Bangladesh. En 1.980 Apple fabricaba la mayor parte de sus Mac en Colorado, luego pasó a Irlanda y Singapur y hoy está en SHENZHEN: ¿Acaso entrarán en la próximas décadas Europa y América en una fase irreversible de decadencia? Su soporte será mejorar el conocimiento e impulsar tareas innovadoras.
Hace 14 años durante el gobierno del presidente Andrés Pastrana, se creó para Cúcuta una “zona especial económica”. Lamentablemente fracasó como siempre pasa con las cosas buenas para esta región, por falta de compromiso de una clase dirigente.
Es un puerto marítimo que en treinta años se ha transformado de ser un pequeño pueblo de pescadores a una metrópoli de 15 millones de personas, convirtiéndose SHENZHEN en una de las capitales de la industria manufacturera del planeta. En 1.979 se decidió su futuro cuando las autoridades Chinas resolvieron hacer allí la primera “zona económica especial”. En poco tiempo el flujo de inversiones extranjeras hicieron surgir fábricas nuevas que producen una gran parte de los bienes que consumen los países ricos. Siempre se ha sostenido que cuando alguien gana, otro pierde. Mientras Detroit y Cleveland perdían puestos de trabajo e iniciaban su decadencia SHENZHEN se desarrollaba en forma acelerada. Hoy es uno de los puertos con mayor tráfico en el mundo. Cada año dejan el puerto 25 millones de contenedores, casi uno cada segundo. En pocas semanas esta mercancía arribará a Los Ángeles, Rotterdan o Génova y de allí a centros comerciales de grandes superficies como Walmart o una tienda Apple.
Los iphone e ipad, fueron concebidos y proyectados por ingenieros de Apple en California, siendo esta la única fase del proceso de producción realizado en los Estados Unidos. El valor agregado americano es la creatividad e inventiva de ingenieros y diseñadores. Los componentes electrónicos de iphone sofisticados, pero no innovadores, son fabricados en Singapur y Taiwán. El ensamble a mano de los centenares de componentes que constituyen el teléfono y que consumen la más elevada cantidad de obreros se realiza en SHENZHEN en una fábrica con 400 mil empleados que más parece una ciudad anexa. Si usted compra desde Estados Unidos un iphone “online”, este le es enviado directamente desde SHENZHEN y cuando el equipo le llega, ha sido tocado por un “solo” trabajador americano, “el conductor del servicio de correo” que lo entrega.
En el siglo veinte la riqueza de los estados la determinó su fuerza manufacturera. Hoy el empleo en la industria es una excepción. Es más probable que un americano trabaje en un restaurante que en una fábrica. Durante los últimos veinte años la industria manufacturera de Estados Unidos perdió unos 372 mil puestos de trabajo. Las razones son básicamente dos: Progreso tecnológico y globalización. La inversión en maquinaria cada vez más eficiente, aumenta la productividad y disminuye la mano de obra. La globalización está diezmando el empleo manufacturero en los países occidentales. En confecciones, las “marcas” americanas y europeas gozan de buena salud pero su producción se realiza en Vietnam o Bangladesh. En 1.980 Apple fabricaba la mayor parte de sus Mac en Colorado, luego pasó a Irlanda y Singapur y hoy está en SHENZHEN: ¿Acaso entrarán en la próximas décadas Europa y América en una fase irreversible de decadencia? Su soporte será mejorar el conocimiento e impulsar tareas innovadoras.
Hace 14 años durante el gobierno del presidente Andrés Pastrana, se creó para Cúcuta una “zona especial económica”. Lamentablemente fracasó como siempre pasa con las cosas buenas para esta región, por falta de compromiso de una clase dirigente.
