Cuando faltan pocas horas para la imputación de cargos contra Olmedo Lopéz y Sneyder Pinilla, exdirector y subdirector de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y protagonistas del escándalo de corrupción que se gestó en esa entidad bajo su dirección, salen a la luz más detalles sobre este entramado.

En un nuevo informe de la unidad investigativa de Noticias Caracol se reconstruyó, paso a paso, el pago de un soborno de 4.000 millones de pesos a los ahora expresidentes del Senado y Cámara, Iván Name y Andrés Calle, para que, desde sus posiciones de privilegio en el Congreso, apalancaran las reformas del gobierno de Gustavo Petro.

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Los dos congresistas fueron los primeros salpicados en el escándalo de corrupción, en el que también han sido mencionados otros siete legisladores, los cuales pertenecen a la Comisión Interparlamentaria de Crédito Público.

Pues bien, tres días tardó la entrega de la coima a los dos expresidentes del Congreso. El 26 de septiembre de 2023 en Riohacha, capital de La Guajira, a donde llegarían los 40 carrotanques que destaparon el escándalo de corrupción, Olmedo López le dio la orden a su subdirector Sneyder Pinilla de conseguir 4.000 millones de pesos para entregarles a los entonces presidentes del Senado y Cámara.

Pinilla le preguntó a su jefe que de dónde saldría la plata para esos pagos y López le contestó que, para eso, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, le había enviado 700.000 millones de pesos a la Unidad de Gestión del Riesgo. Según el testigo, 100.000 millones de pesos eran para comprar los carrotanques, los cuales, a través de la subdirección de emergencia que dirigía Pinilla, era la forma más expedita de contratar directamente y direccionar esos dineros.

La plata del soborno debía pagarse antes de las elecciones regionales del 29 de octubre. Para el 11 de octubre, indicó el informe de Caracol, Sneyder Pinilla ya tenía en su casa los primeros 1.500 millones de pesos en una maleta. Paralelamente, en la UNGRD se direccionaba el primer contrato de los carrotanques por 46.800 millones de pesos, del que se pagarían los sobornos.

Ya el 12 de octubre, López y Pinilla salieron de la entidad en el carro del director. Pasaron por el apartamento de Pinilla, al occidente de Bogotá, y allí recogieron la maleta. Luego, emprendieron el rumbo al Hotel Tequendama Suites, en el centro de la ciudad.

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De acuerdo con la georreferenciación de los celulares de ambos, el vehículo llegó a las 3:30 al hotel. Allí los esperaba, en la habitación 2312, Sandra Ortiz, entonces alta consejera presidencial para las Regiones, en una actitud informal.

Pinilla les relató a los fiscales que dejó la maleta sobre una cama y salió a la sala de espera. Entre tanto, Olmedo López y Sandra Ortiz se quedaron solos, al parecer, contando el dinero. Minutos después, los dos salieron y López le dio la orden a Pinilla de entregar los otros 1.500 millones restantes al día siguiente, eran para Iván Name.

Pero antes, López le pidió a Pinilla que acompañara a la alta consejera hasta la casa de Name. El hombre hizo caso y la esperó. Cuando iban saliendo, la mujer le dijo a Pinilla que utilizaran los ascensores de servicio para no ser captados por las cámaras. Finalmente, salieron del hotel junto al esquema de seguridad de la funcionaria.

Pinilla sostuvo que, durante el trayecto, Ortiz llamó a alguien y le avisó que ya iban para la casa de Name. El recorrido duró 33 minutos. Cuando llegaron al lugar, una unidad residencial llamada Bassel I, Pinilla acompañó a Ortiz hasta el ascensor y en ese momento, ella le dijo: “Hasta acá llegas tú, querido subdirector”. Después de la entrega, Pinilla se devolvió en taxi a la UNGRD.

Justamente, este miércoles, Pinilla sorprendió con una carta de arrepentimiento y perdón dirigida a los jueces del Complejo Judicial de Paloquemao, donde no solo admitió su culpabilidad, sino que también expresó un profundo remordimiento por sus acciones.

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