Por estos días en los que cada vez hay menos adeptos a las corridas de toros (incluso así lo reconocen los mismos taurinos), en el Congreso avanza un proyecto de ley que está muy cerca de completar su trámite.
De prosperar sería un hecho histórico que desde ya desata controversia, pues dentro de sus 5 artículos también propone acabar con novilladas, becerradas y tientas.
Para el autor del proyecto, el liberal Juan Carlos Losada, cada paso que da su iniciativa es un triunfo en la lucha contra el maltrato animal y en la defensa de la dignidad de estos seres sintientes.
Algo muy distinto a lo que piensan taurinos como Gonzalo Sanz de Santamaría, ganadero que le subrayó a este diario que el proyecto ignora la tradición y la historia de una expresión cultural que (en su caso) es de familia, ya que su bisabuelo fue fundador de la Plaza La Santamaría.
Con posiciones como estas, los congresistas revisarán los argumentos con un precedente no menor, y es que la Corte Constitucional en reiteradas ocasiones ha pedido que sea el Legislativo el que tome las riendas de un asunto que por primera vez ha avanzado tanto en el país.
Ello se debe a que nunca una iniciativa de estas había llegado hasta tercer debate, y ahora la Comisión Primera tiene la tarea de decidir si pasa a la Plenaria del Senado el documento de 28 páginas enfocado en el reconocimiento de los animales como seres sintientes, y que plantea programas de reconversión económica para las personas que se dediquen a los asuntos taurinos.
Movimientos en Senado
Se espera que en no más de siete días se programe la discusión de este proyecto que cuando recibió el visto bueno en la Cámara puso a correr a más de uno para buscar apoyos.
Un reconocido torero contó que su sector se está moviendo para mantener viva la práctica con ayuda de varios congresistas.
La balanza, por ahora, no les juega a favor, pues hubo representantes que perdieron (con 46 votos a favor y 96 en contra) en su intento de frenarlo con argumentos como la violación a las libertades individuales.
Además, aunque hay temor en antitaurinos de que se hunda en el Senado, estos saben que en días de elecciones los congresistas la piensan a la hora de votar negativo, ya que sus electores todo lo cobran.
En caso de que la Comisión lo apruebe, este irá a cuarto y último debate en Plenaria. Allí empezarían a jugar en contra las manecillas del reloj, pues la discusión debe darse antes del 20 de junio, cuando termina la legislatura. De lo contrario, se hundirá por tiempos.
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