Hablar de la masturbación
Llevar el tema a lo público es una tarea necesaria para superar el tabú. “Un hecho muy grande es poder hablar del tema, hay que promocionarlo en términos del amor que uno mismo se da y de la posibilidad de autoconocimiento”, apunta Montoya.
Así mismo, desde la salud pública, la autoestimulación como práctica puede tener incidencia en la prevención de embarazos adolescentes, además de efectos positivos en la salud sexual, especialmente de las mujeres, apunta Useche: “Entre los hombres es una conducta casi universal, mientras que entre el sexo femenino sigue encontrándose una menor prevalencia. Diversos estudios, incluyendo algunos realizados en Colombia con estudiantes universitarias, demuestran que hay una asociación entre no masturbarse y la dificultad para alcanzar el orgasmo durante el coito, o incluso entre no masturbarse y nunca haber experimentado un orgasmo”.
En términos de salud pública, se trata de una práctica segura, enfatiza Montoya, pues para una persona que tenga alta tensión sexual, será más sano liberarla a través de del autoerotismo sin tener que exponerse necesariamente a contextos de explotación sexual o tener situaciones de sexo no protegido por encuentros ocasionales.
Ahora bien, entre los menores de edad, el abordaje de esta práctica debe iniciar desde el hogar según su edad (ver Para saber más). En general, explica el docente, “se trata de transmitirles valores: que el cuerpo es sano, limpio, bello, que esas prácticas pueden desarrollarse de manera privada y que ninguna otra persona puede ejercer ese tipo de estímulos sobre ellos”.
Los beneficios de tocarse
La autoestimulación es entonces una manera sana para liberar tensión sexual, proporcionarse placer y tener autorreconocimiento. No obstante, también se asocia con beneficios adicionales como la disminución de la intensidad del dolor que puede asociarse a los síntomas premenstruales, “también se ha visto que ante ciertos dolores crónicos, como los casados por la fibromalgía, las mujeres que se masturban y obtienen orgasmos, alcanzan una mejoría en términos de dolores musculares”, ejemplifica Montoya.
Del mismo modo, ayuda a mantener en los hombres la fisiología y el funcionamiento del pene, y en las mujeres a fortalecer los músculos que rodean la vagina. Finalmente, puede ser una estrategia de aprendizaje en pareja para conocer cómo estimular las zonas erógenas del otro, con qué técnica y con qué intensidad.
La frecuencia para autocomplacerse dependerá de cada individuo según su nivel de tensión sexual, añade el psiquiatra, lo importante es que no se convierta en una conducta disfuncional, que le impida cumplir con compromisos laborales o académicos. Así mismo, “debe concebirse como una modalidad íntima y privada, no debe obligarse a nadie a practicarla o ver el propio acto”.
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