Más allá de las tribulaciones de la deuda griega, se han venido dando en los mercados internacionales algunos hechos de inmensa gravedad, que han sido opacados por el despliegue mediático del problema de Grecia.
En primer lugar: la profundización de la crisis cambiaria Venezolana. En la pasada semana la tasa de cambio del Bolívar en el mercado libre alcanzó la impresionante cotización de 600 bolívares por dólar, al paso que la tasa oficial del mercado preferencial del Bolívar sigue siendo de seis unidades monetarias venezolanas por cada unidad monetaria estadounidense.
Piensen ustedes qué pasaría en Colombia si la tasa del mercado libre fuera de 250.000 pesos por dólar, es decir, cien veces superior a la cotización oficial. Pues bien: eso es precisamente lo que está sucediendo en Venezuela. El mercado está diciendo a gritos que los dólares valen cien veces más que la cotización a la cual el Banco Central de Venezuela le está vendiendo algunos dólares a unos pocos privilegiados.
Es una situación insostenible. Que tarde o temprano tendrá que desembocar a una macro devaluación en el vecino país, con delicadas repercusiones para el nuestro. Y que por el momento refleja la gigantesca inflación y el desorden económico delirante que allí impera.
A mi modo de ver éste es el comienzo de una implosión traumática que se avecina en la economía venezolana.
Tuvo lugar también, durante la misma semana, la séptima reunión del grupo de los países denominados Brics (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) en la alejada ciudad de Ufa, en Rusia central, y de la cual fue diligente anfitrión Vladimir Putin.
El grupo de los Brics, que hace algunos años se revelaban como las estrellas nacientes de la economía mundial, no son actualmente sino débiles astros, cuya luz o se ha apagado o está a punto de hacerlo.
Rusia, por motivo de las sanciones que le ha impuesto la Unión Europea por sus atropellos imperialistas en Ucrania y por la caída de los precios del petróleo, pasa por un mal momento. Brasil tendrá un crecimiento económico negativo este año. India experimenta un desarrollo frágil.
Y China se presentó a la reunión de Ufa en medio de la más monumental caída de su mercado bursátil, que, medido por el índice de la bolsa de Shanghái, ha perdido 30 % de valor en las últimas semanas. Que es algo así como el desplome de la acción de Pacific Rubiales, pero para el índice de todas las acciones cotizadas en China.
Como lo recuerda el Wall Street Journal, nunca (aún en las vísperas de la gran recesión del año 29 del siglo pasado) se vio una caída del mercado bursátil de las magnitudes presenciadas en los últimos días, frustrando la recuperación de la economía China que, hasta hace poco, se vislumbraba como el motor jalonador de la economía mundial en este año.
El ruido, pues, de lo que está sucediendo en Grecia por estos días, le ha puesto sordina a hechos aún más graves para nosotros, como el desorden cambiario monumental que se observa en Venezuela y el desplome del mercado de valores Chino.
En nuestro país poca atención se le ha dado a la caída de casi el 40 % de las exportaciones (en volumen y en precio) de las exportaciones colombianas, lo que agudiza el déficit de nuestra cuenta corriente, ya bien abultado. Y desde luego, tampoco parece que nos estemos ocupando del déficit fiscal, que, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo, alcanzará este año los 24 billones de pesos, sin que se observe una actitud clara de nuestras autoridades fiscales para controlarlo. No todo el desorden es griego. (Colprensa)
* Exministro conservador de Hacienda y de Agricultura.