La reciente masacre ocurrida en el municipio de El Tarra, en el corazón del Catatumbo, es un hecho inaceptable en un país como el nuestro, que durante años se despertó a diario con noticias tristes como esta. No podemos permitir el recrudecimiento de la guerra en Colombia por ningún motivo.
Podemos ser críticos del acuerdo de paz suscrito por el gobierno Santos, pero debemos reconocer que el desmonte del mayor grupo ilegal armado del país como lo era las Farc-EP, eliminó sustancialmente el número de enfrentamientos y atentados en el país y consecuentemente redujo la tasa de muertos y heridos. El acuerdo puede tener muchísimos errores o demasiadas concesiones, según algunos detractores, pero no se puede negar que la tensión social se redujo y sobretodo las victimas se redujeron.
Desafortunadamente nuestra sociedad no ha podido descubrir el valor de la vida y protegerla, porque se acostumbró a la muerte. Levantarse cada día con noticias de homicidios, masacres y demás, sensibilizó a la sociedad de tal manera que ve la muerte como un médico veterano, normal. La Masacre ocurrida en El Tarra debió paralizar la ciudad, el departamento y la nación, sin embargo lo único que atinamos a decir es que recrudeció la violencia, Estamos sin darnos cuenta, aceptando los hechos de violencia en nuestro país.
En Colombia no se tiene respeto por la vida, a tal punto que ha tenido que positivar el derecho a la vida en su Constitución Política, pese a ser un derecho natural o consustancial con la existencia. La reafirmación jurídica por demás redundante, demuestra la clara necesidad de recordar a los ciudadanos la inviolabilidad del derecho a la vida. Este artículo constitucional es la confesión de parte, de que no respetamos la vida. Por qué no existe un artículo que recuerde el derecho respirar? por ejemplo. Pues porque no se advierte por ahora una amenaza grave que requiera llamar la atención de la sociedad. Sin embargo si nos descuidamos tendremos muy pronto que incluir un nuevo artículo en este sentido.
No podemos perder el trecho que hemos ganado en el ultimo tiempo con un acuerdo de paz, que logró algo importante para la sociedad y es evitar tantas vidas segadas a causa de la violencia. Debemos evitar a toda costa reactivar el conflicto y por el contrario desactivar por la vía del dialogo los reductos que persisten en mantener un conflicto fratricida como el que hemos vivido por más de 70 años.
La masacre de El Tarra, es un acto vandálico despreciable, que no estamos dispuestos a permitir. Por eso debemos unirnos como sociedad para protestar rechazando de plano todo acto de barbarie, pues no podemos aceptar que sigan muriendo vilmente nuestros compatriotas. No podemos desconocer que la masacre del El Tarra es un campanazo de alerta.