Durante los últimos días, las noticias giran en torno al proceso de certificación de los países que cooperan o no, en la lucha mundial contra las drogas. De acuerdo con la lista de principales países productores notificada por el Presidente de los Estados Unidos al Congreso Norteamericano, además de Colombia se encuentran también Bahamas, Belize, Bolivia, Burma, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, India, Jamaica, Laos, México, Nicaragua, Pakistán, Panamá, Perú, y Venezuela.
En otras palabras, alrededor del 65% de Latinoamérica al parecer está bajo evaluación de su política interna de lucha contra las drogas. Yo me pregunto quién descertifica a Estados Unidos por no controlar el consumo desenfrenado de sustancias psicoactivas y los 35 mil muertos al año por sobredosis de opioides que padecen.
Las cifras de abuso de drogas en el mundo, obligan a tomar medidas inmediatas. Según UNODC, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, se calcula que 1 de cada 20 adultos, es decir, alrededor de 250 millones de personas de entre 15 y 64 años, consumieron por lo menos una droga en 2014. Aún más grave que esto, es el número de muertes relacionadas con abuso de drogas, que en 2014 se calculó en alrededor de 207.400, es decir, 43,5 muertes por millón de personas de entre 15 y 64 años.
Si dirigimos la mirada a Estados Unidos, la pregunta por la descertificación es aún más relevante. En Louisville, la ciudad más grande del estado de Kentucky, se produjeron 52 llamadas de urgencia por sobredosis en 32 horas. Es increíble que, de acuerdo con cifras oficiales, 91 estadounidenses mueren cada día por sobredosis de opioides, y que, en total, las muertes relacionadas con heroína aumentaron 439 % de 1999 a 2014.
Estas cifras son inaceptables precisamente porque son evitables. En este contexto, queremos dejar sobre la mesa una nueva propuesta: avanzar en un Proceso de Certificación de Reducción del abuso de las Drogas, a partir de 2018 con el propósito de evaluar los esfuerzos de los países por prevenir el abuso de estas sustancias o mitigar sus daños.
El procedimiento estaría a cargo de un organismo multilateral como la OEA, que evaluaría y acompañaría la efectividad de cada una de estas estrategias. Definitivamente, en temas de lucha contra el abuso de las drogas, es necesario un nuevo enfoque, una solución integral, más allá de estrategias para aumentar el rating de un presidente en televisión.