Hace siglo y medio Lewis Carrol en un libro famoso, escribió una sentencia hiriente dirigida a la mediocridad y a los mediocres. “Si uno no sabe para donde va, es mejor irse para otra parte”.
Un gobierno que acumula más de cinco contradicciones, que además las reitera diariamente, lo menos que trasmite es desestabilidad, inseguridad y anarquía. No sabe para donde va.
Curiosamente a pesar de las desigualdades económicas cada día más notorias, la idiosincrasia de los colombianos no expresa resentimientos. Pese al crecimiento económico de los últimos treinta años, esa desigualdad sigue siendo notoriamente inequitativa entre la capital y las regiones.
El señor presidente llegó al poder como el hombre del cambio y del anti establecimiento, luego de ser burócrata empedernido ya en las corporaciones públicas desde concejal a senador, ya en los cargos como funcionario electo, o en los cargos diplomáticos sin ser de carrera, ya como gerente público por más de cuarenta años. Una cuarentena que presumíamos le hacían un hombre seguro y resultó lo contrario.
Una segunda contradicción que no logramos entender, consiste en que, como constituyente del 91, treinta años después sea su mayor crítico cuando desde su partido el M19 con voz y voto ayudo a redactarla.
Y como si fuera poco, durante esos cinco períodos en el Congreso (casi 20 años) tuvo la posibilidad de introducir reformas o leyes para los sectores que él considera prioritarios y todo lo volvió discurso. Ahí están las actas que dan fe, pues, no existe una sola ley en materia educativa, o de salud, o de empleo, etc., que haya sido iniciativa suya.
La tercera es su afirmación que en Colombia como en Venezuela no existe democracia, cuando desde los años 80 en Zipaquirá, Petro ha participado en cantidad de elecciones democráticas.
Fue elegido democráticamente para escribir la constitución del 91, elegido 5 veces como congresista, dos veces candidato a la alcaldía de Bogotá (ganando en la segunda ocasión), tres veces candidato a la Presidencia de la República; y en todas esas participaciones ha recibido las protecciones y la financiación que nuestra democracia ofrece.
La cuarta es un interés permanente de acabar con Ecopetrol. Ecopetrol es una fuente esencial en el financiamiento del aparato estatal a través de impuestos, regalías y dividendos. Los sueldos de casi 20 años en el congreso o de los dos años en la embajada en Bélgica que ha recibido Petro han salido del erario donde el aporte de Ecopetrol ha sido fundamental.
La quinta contradicción son sus criticas frecuentes a las universidades privadas cuando él es egresado del pregrado de una universidad privada (el Externado de Coloimbia) y en Bélgica, siendo embajador cuando se matriculó con esas mieles salariales en universidades privadas; La Católica de Lovaina y luego en la Universidad Pontificia de Salamanca con los Padres Jesuitas.
Adenda: Esta es nuestra democracia abierta y plural, que permite la participación de todo tipo de candidatos incluso los que presentan un mar de contradicciones como en este caso de Aureliano.
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