Un conocido me ofreció dinero, treinta mil pesos, por el voto para uno de los candidatos a la alcaldía. Otro conocido, me hizo el mismo el mismo ofrecimiento, aunque menos dinero, veinte mil pesos, por el voto para otro candidato a la alcaldía.
Durante la campaña, vi la entrega de una especie de tarjetas que servían para reclamar mercados pagando una módica suma, y de paso informaban que si ese candidato ganaba la alcaldía, los mercados se mantendrían a ese precio durante su mandato, algo parecido a lo que hace el dictador del país de al lado. En el día de elecciones vi reparto de mercados a diestra y siniestra, aunque no me costa, sospecho que provenían de todos los candidatos, no solo a los de la alcaldía. También repartieron sándwiches, pasteles y gaseosa por montones, algunos comerciantes hicieron un pequeño agosto.
Asistí a varias reuniones de esas que organizan con la comunidades en tiempo de campaña, pero ni una cuando son elegidos, en una de esas, uno de los candidatos, el de la asamblea, era cristiano, lo que si no sé es a cuál de las miles de iglesias que existen, lo cierto es que eso lo decía uno de los folletos que repartieron, lo que me llamo la atención no fue eso, sino que repartieron bebidas embriagantes, coctel y cerveza.
Qué manera más repugnante, baja, asquerosa y deplorable de hacer proselitismo. El eje central de las campañas debió ser la presentación de propuestas e ideas serias, viables y realistas, no como esa de prometer veinte mil casas gratis, para sacar adelante a esta región tan golpeada por el cierre de frontera y por el olvido del gobierno nacional. En vez de eso giraron fue alrededor de repartir dádivas hasta el cansancio para obtener el poder, y, es que, hasta sacrificaron sus principios y creencias, qué bajo.
Con lo qué hacen en campaña o día de elecciones ya nos están diciendo lo que van hacer cuando estén ejerciendo el poder que obtuvieron del pueblo mediante una paca de cemento, varios miles de pesos, un kilo de arroz y otros artículos de la canasta familiar: saquear de cualquier manera las arcas del municipio, departamento o nación.
Por estar Colombia dirigida por esta clase de políticos, es que estamos como estamos, seguimos siendo un país tercermundista, donde se le da más importancia a invertir en armas que en educación, donde las autorizaciones de las EPS o ARS son aprobadas cuando el enfermo ya ha muerto a consecuencia de la patología que lo aquejaba, donde hay fiscales de la nación que promueven desvergonzados proyectos como el de reducir las penas a los violadores de niños, donde hay políticos corruptos que devengan sueldos exorbitantes y colombianos honestos deben hacer milagros con menos de un salario mínimo para pagar arriendo, servicios y darle estudio y alimento a la prole.
Pero, en gran parte, somos los responsables los que los elegimos, si no nos dejamos comprar con nada de lo que nos ofrezcan, estos ladrones de cuello blanco nunca llegarían al poder. Debemos ser más responsables con nuestro voto, a la hora de marcar el tarjetón, tener presente que en nuestras manos está el futuro del país.
