Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
Costumbres perdidas
Algunas personas de edad relatan cómo se tomaba la Semana Mayor en sus años de juventud.
Authored by
Lunes, 28 de Marzo de 2016

Conversaba el pasado fin de semana con un vecino sobre los cambios en la llamada Semana Santa que, de días de oración y recogimiento, ha metamorfoseado en días de relax y extroversión, hasta el punto que muchos han pasado a denominarla Parranda Santa.

Algunas personas de edad relatan cómo se tomaba la Semana Mayor en sus años de juventud, y una señora de la extinta provincia de Ricaurte me comentaba que en su juventud esos días eran de verdadero recogimiento en el hogar y las únicas salidas eran a misa –que hoy han popularizado como eucaristía-. De este “verdadero recogimiento” semanal se estrechó el cerco a los días Jueves y Viernes Santo, y por allí se confirma lo anterior al decir que los días más importantes de la Semana Mayor son los formados por el Triduo pascual, de jueves a domingo y todo lo que allí sucede: pasión, muerte y resurrección.

Pero este año 2016, la Semana Santa recibió otra “herida mortal” al programar la Fifa partidos de fútbol los días Jueves Santo (Colombia - Bolivia) y el Viernes Santo (Colombia sub-23 - EE. UU.), lo que rechazó la Iglesia por boca del obispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve, quien criticó a la Fifa y calificó a sus directivos como oportunistas. Otro tanto hizo Froilán Casas, obispo de Neiva, quien pide respeto para los días Santos; y el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, llamó a todos los colombianos a recuperar la tradición de celebrar la Semana Santa y no tomar de “pachanga” estos días.

No estoy expresando posiciones conservadoras sino registrando un hecho incontrovertible. La realidad es que quienes esperan con ansiedad la llegada de la Semana Santa son algunos “viejos” católicos y los estudiantes, así estudien en su propia ciudad o fuera de ella, porque son días de descanso, viaje, vacaciones y quienes viven fuera de su tierra tienen la oportunidad de visitar a sus padres y amigos, y uno que otro ora y repasa sus obligaciones académicas, según su grado de responsabilidad.

Lo cierto es que las costumbres no solo han cambiado en el aspecto religioso, también en el ámbito familiar y de ello hace eco la prensa y la discografía repetidamente. En una composición vallenata de los Hermanos Zuleta, calendada 2002, de donde arranco el título para esta columna, lo dice muy claro: “No se quieren como antes los compadres, ni respetan los ahijados a los padrinos. Ya no se sabe, ya no se sabe, quién es el padre o el hijo”, lo cual puede ser complementado con Soñando con el abuelo, interpretado por Fausto.

Temas del Día