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“Crece, crece la audiencia”
Cúcuta tiene sus problemas propios, como cualquier ciudad, pero, por el hecho de ser frontera es receptor de otros con categoría de insolubles, y en realidad, el intento de solventarlos le compete al gobierno central con la colaboración de propios.
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Martes, 30 de Mayo de 2023

Como se acerca la hora de la de activación de la Ley de garantías electorales, la No. 996 de 2005, que se expidió para regular el uso de los recursos del Estado en la reelección presidencial de la época, y que luego, no obstante que la reelección se eliminó del orden jurídico por el Acto legislativo de 2015, sus efectos se han extendido hasta la fecha en todo tipo de elección, inclusive, las territoriales. La activación de la ley de garantías será el próximo 29 de junio, cuando ya debe estar más claro el panorama acerca de quiénes se presentarán a la liza electoral.

Desde la aprobación de la elección de alcaldes y gobernadores por voto popular a algunos municipios y distritos les ha ido muy bien, como Barranquilla, y otros, han tenido pesadillas horripilantes, como el distrito capital -Bogotá-, que hace décadas padece la horrible noche y se ve lejano su cese. El alcalde Enrique Peñalosa Londoño le dio aire y voz de aliento a la ciudad, y luego repitieron los otros. A veces se aplica el aforismo según el cual nunca segundas partes fueron buenas, como en otra época a Barranquilla con el padre Bernardo Hoyos, cuyo primer gobierno fue elogiado, y el segundo, fue un desastre y aún está “empapelado”, citado y respondiendo en los tribunales.

Cúcuta tiene sus problemas propios, como cualquier ciudad, pero, por el hecho de ser frontera es receptor de otros con categoría de insolubles, y en realidad, el intento de solventarlos le compete al gobierno central con la colaboración de propios. Uno le tira la pelota al otro y viceversa. 

En lo que a Cúcuta se refiere, un candidato excelente recorre la ciudad: no es ningún aparecido ni desconocido, es un hijo de la ciudad que la ha estudiado y “le cabe en la cabeza”, porque hay que tener en cuenta que, en comparación con otras urbes colombianas, Cúcuta es pequeña pero sus problemas son complejos, y para administrarla se necesita una persona que entienda íntegramente la administración pública, su normatividad, su economía, su historia, entre otros aspectos, porque los ha estudiado, enseñado y practicado en otros escenarios con reconocimiento nacional e internacional. 

Afortunadamente, ha regresado a la ciudad ese hijo de Cúcuta para presentarse el próximo 29 de octubre como aspirante a la alcaldía de su ciudad, y de él sus contendores sólo pueden esperar un adversario gallardo que anhela competir en franca lid, con razones y argumentos contundentes, y en el evento del triunfo, como se observa con precisión en lontananza, la ciudad, principalmente, puede estar segura de su honradez, honestidad y que su círculo de asesores, en el deseo de acertar, será escogido porque son competentes y no por parentesco cercano o filiación política. Así obrará el alcalde Jaime Buenahora, porque la ciudad necesita seriedad y cada día se observa que “crece, crece la audiencia”. 

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