Miedo a una demanda fue la única razón que dio Editorial Planeta a Laura Ardila Arrieta, para no editar la “Costa Nuestra”, un libro sobre el clan de los Char, el más poderoso de Colombia.
Quedan pues, notificados mis amigos periodistas de Cúcuta que vienen haciendo una oposición radial, muy tenaz, como dicen los muchachos de ahora, “los de cristal”, que anunciaron la publicación de un libro sobre la corrupción en esta aldea de Dios desde el año 2000.
Y esto, no es solo es lamentable dice la autora, sino que es de absoluto interés que una investigación periodística de interés público tan relevante, no pueda ver la luz porque muchos personajes a que alude la historia, saben que el libro existe, así no esté impreso y no conozcan el contenido. Indudablemente, otra Editorial lo hará.
Sí, porque el último capítulo de la corrupción aquí, es el que se refiere a esta administración de Jairo Tomás, cuyos inicios se dan desde siempre, pero más acentuados desde la Constitución garantista de los derechos y libertades que nos entregó Gaviria gritando: Bienvenidos al futuro.
Además, como lo advirtió Laura Ardila Arrieta, tengan en cuenta mis queridos amigos periodistas, que luego vendrían las posibilidades de riesgo, pues muchos de esos personajes no tienen escrúpulos, pero sí hígados para las represalias contra sus vidas e integridad personales.
Es mejor pensarlo dos veces, y tres y cuatro veces, antes que persistir. Aquí en Colombia, lo expuso León Valencia (2020) en otro libro de Editorial Planeta, como el de los Char, hay 18 clanes peligrosos.
El Clan Cotes en Magdalena, Gnecco en el Chocó junto el Clan Córdoba, el clan Aguilar y los Clanes Tavera y el Clan Díaz Mateus en Santander, en Casanare el Clan de la Casita, en el departamento de Córdoba el Clan López de Montería de “Tío Mundo” y el Musismo de Sahagún y el Clan de Ñoño Elías y el de los Jattin junto a los Lyons, en el Valle del Cauca el Clan de Dilian Francisca Toro y los otros y los otros.
Otra cosa es colocar la lupa sobre la Editorial Planeta y las otras en lo relativo a las garantas de libertad de publicación y de opinión. La relación entre el autor de un libro y toda editorial es un acuerdo, una de cuyas etapas es la revisión de correspondencia, la revisión técnica y la revisión científica que culmina en la publicación. Que es una decisión autónoma de la editorial.
Planeta en consecuencia en el caso de los Char, hizo primar su política de riesgos y no publicó “La Costa Nuestra”. Y las “ías” se quedaron quietas ahí.
Ahí queda el mensaje parea los noveles escritores de la generación de cristal cucuteña. Piensen en los riesgos.
Adenda. Muy meritoria la capacidad de denuncia de los doctores German Galviz Serrano y Jaime Vásquez Giraldo de la generación nuestra, - la del fabuloso año 68- llamada los -baby boomers- de las jornadas de París.
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