Es una suerte para quienes seguimos el futbol y nos apasiona que existan jugadores con talento innato y gracias a ello se destacan en las canchas de todo el mundo. Cuando se trata se juzgar la calidad de los jugadores para establecer quién es o haya sido el mejor, siempre habrá desacuerdos, porque se anteponen los gustos personales. Para mi Pelé ha sido el más grande, para otros es Maradona y otros más alaban a Messi; se trata de una discusión de nunca acabar.
Entre nosotros también a lo largo de la historia futbolística hemos tenido figuras: Willington Ortiz, Pibe Valderrama y James Rodríguez, ellos ocupan la parte superior de la larga lista de cracs y podrían disputarse el título del mejor. Para mí gusto es James y aclaro que vi jugar a los otros dos en sus mejores épocas. Escojo a James no solo por cucuteño, porque aquí nació el 12 de julio de 1992 cuando su papá jugaba en el Cúcuta Deportivo, sino por bueno. Es probable que él no lo mencione mucho y no se sienta muy de esta cálida ciudad porque desde niño fue llevado a Ibagué donde creció, pero todas las referencias que se hacen del jugador, siempre hablan del cucuteño.
Como jugador se formó en Envigado, debutó muy joven en el Banfield de Argentina y de allí dio el salto a Europa para vestir con éxito las camisetas del Porto, Mónaco, Real Madrid, Bayern de Múnich y Everton, a la par ha sido convocado a la selección Colombia desde la categoría sub-17. Nadie ha logrado tanto. En la selección de mayores sus mejores actuaciones las obtuvo en el campeonato mundial de Brasil. Posee un largo historial de títulos y menciones que avalan su calidad como jugador.
James fue y sigue siendo noticia por no haber sido tenido en cuenta por Reinaldo Rueda para formar parte de la selección en fechas recientes y eso ha provocado declaraciones del jugador un poco destempladas y tal vez desatinadas porque como le recuerda otro grande del futbol colombiano, Iván Ramiro Córdoba, él es una figura nacional, sus palabras tienen resonancia y pueden alterar su imagen. Es por eso mismo que algunos lo han puesto en la picota y aseguran que su presencia en la selección no es necesaria.
Y ocurre que los ojos de muchos y la prensa están fijándose a diario en la figura de James, sus actuaciones, sus palabras, sus gestos, quien es su pareja, ahora por ejemplo están hablando de una cucuteña como su compañera y siempre están prestos para emitir juicios sobre su comportamiento. La verdad es que este destacado futbolista, cucuteño para más señas, es necesario en la selección colombiana. A sus treinta años todavía tiene mucho que dar y le quedan varias temporadas por delante como mediocampista, mediapunta o goleador, para que estemos orgullosos de sus conquistas en la cancha Le deseamos muchos éxitos futuros al mejor de todos.
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