Muy lamentable el accidente ocurrido en tierras ecuatorianas, de un bus de matrícula colombiana, el cual cobra hasta el momento 24 muertos y 22 heridos, varios de gravedad.
El caso generó noticia de carácter mundial puesto que todos los países suramericanos y varios portales internacionales entre ellos la BBC, publicaron lo ocurrido.
Cúcuta no se quedó por fuera de la noticia y en cabeza del Superintendente de Transporte, Javier Jaramillo, máxima autoridad en la materia manifestó: “A primera hora del día (el martes), la Supertransporte hizo presencia en la empresa, con sede en Cúcuta, solicitando todos los documentos necesarios para iniciar la indagación preliminar, así como en el Centro de Diagnóstico Automotor que expidió la más reciente revisión técnico mecánica al vehículo accidentado, de placas USA251 y de tarjeta de operación expedida el 2 de diciembre de 2017, para verificar su validez”.
La verdad, todo suena muy drástico; la posición del alto funcionario, las medidas a tomar y las consabidas investigaciones, rayan una vez más en lo que siempre la ciudadanía ha criticado y está literalmente cansada.
Las declaraciones del funcionario dejan muy mal parado al Ministerio de Transporte colombiano y demás autoridades operativas de tránsito municipales, puesto que el bus afiliado a la empresa Cooperativa de Transportes Especiales del Oriente, atravesó toda la geografía colombiana y absolutamente ninguna autoridad, tomó las medidas preventivas que de pronto hubiesen evitado el accidente.
Para nadie es un secreto, que la gran mayoría de las empresas de transporte terrestre, recoge pasajeros en el trayecto de la ruta, en una figura conocida por ellos llamada “muchileo”. De igual manera, instalan oficinas en pequeñas tiendas, garajes o sencillamente a través de personas que a grito limpio, ofrecen destinos, tarifas y muelles ilegales de abordaje.
Es importante conocer, que el tiquete de viaje es el documento que respalda al pasajero ante cualquier eventualidad o siniestro, y aquellas personas que por ahorrarse unos pesos o por física pereza, se suben en vehículos de transporte público en sitios no autorizados y sin tiquete, automáticamente inician un viaje a lo desconocido puesto que las compañías de seguros, afinan la puntería para responder en un principio por aquellos que viajan legalmente. Los demás pasajeros o sus familiares, iniciarán largos y complejos reclamos con pocas posibilidades de triunfo.
Las comparaciones son muy incómodas pero la verdad, aplaudo la decisión del Presidente de la República de Ecuador quien por medio de un twitter, destituye o separa a los presuntos responsables en su país: “Habiendo detectado errores graves en el control de ingreso y tránsito del autobús accidentado por el país, he dispuesto la separación del director de Policía de Tránsito involucrado, del director de la Comisión de Tránsito del Ecuador y de toda la cadena de mando que no ejerció el debido control”.
Mientras que en Colombia se inician exhaustivas e interminables investigaciones, en Ecuador destituyen a los policías responsables de la movilidad.