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Día del Idioma
Con el avance de la tecnología los medios de comunicación se han desarrollado y muchos televidentes quedamos viendo un chispero.
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Martes, 19 de Abril de 2016

Fue en la administración de Alfonso López Pumarejo (1934-1938) cuando se señaló, mediante el Decreto 707 de 1938, que el día 23 de abril, fecha en que se conmemora la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, se celebrara en Colombia el Día del Idioma.

Con ocasión del III Congreso de Academias de la Lengua Española, realizado en Bogotá en 1960, el gobierno colombiano, presidido por Alberto Lleras Camargo, sancionó la Ley 2 de 1960, y en su artículo 3 sustituyó el decreto de López Pumarejo. El citado artículo dice: “Señálase el 23 de abril, aniversario de la muerte de Cervantes, para recordar al autor del «Quijote» y rendir culto al idioma. Todos los establecimientos docentes, públicos y privados, conmemorarán esta fecha”. Es decir, el próximo sábado.

Aunque la citada Ley 2 de 1960, artículo 5, ordena expresamente derogar la Ley 86 de 1928, me tomé el trabajo de leer íntegramente esta última y no encuentro nada relativo al Día del Idioma -excepto la mención a la Academia de la Lengua-, pero en su  artículo 23 me llamó poderosamente la atención el uso peculiar del idioma por parte del legislador de la época, que seguramente no haría el de hoy porque la redacción jurídica es más técnica y no tan veintijuliera. Veamos: “Artículo 23. El Ministerio de Educación Nacional organizará, por medio de circulares, (…), una activa y perseverante campaña contra el uso de bebidas embriagantes, que es la lepra de las clases obreras, causa principal del aumento de la miseria y de la criminalidad”. La redacción es obsoleta, el mensaje es excelente y olvida que siempre el alcoholismo ha sido una calamidad en todas las clases sociales.

Son los abogados juiciosos los que en su vida pública y privada procuran expresarse galanamente, es decir, la elegantia juris. Alguna vez leí en un blog que Néstor Cifuentes Bejarano, profesor de Introducción al Derecho, para explicarle a sus estudiantes el concepto les preguntaba: “¿No creen ustedes que decir «in dubio pro reo» da cierto aire de caché? Eso es lo que llaman elegantia iuris”. Otro tanto sucede en las demás profesiones,  pero, como dice Fernando Vallejo, “hoy del presidente de la República para abajo no solo no hacen caso, sino que todos, todos sin excepción, escupen a este pobre idioma”. 

Yo agregaría que esto último viene desde el gobierno del revolcón (1990-1994), porque desde 1990 para atrás todos los presidentes se esmeraban por expresarse bien, así fuera para echarse vainas entre ellos. De pronto, en ello influye la formación académica, cultura, edad y los tiempos. No sé.

Ahora bien, con el avance de la tecnología los medios de comunicación se han desarrollado y muchos televidentes quedamos viendo un chispero, tal es el caso del programa de televisión llamado Club de prensa, que dirige desde Nueva York el veterano periodista Juan Carlos Iragorri, donde siempre aparece fugazmente un letrero en la parte inferior de la pantalla, que no sé si orienta o desorienta a los televidentes: “Encuentre el podcast de #CDP en soundcloud-www.soundcloud.com/clubdeprensa”. 

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