Me resisto a creer que nuestro desarraigo sea de tal magnitud, que nos volvamos indolentes ante tanto vandalismo en la ciudad. Los lugares públicos que con esfuerzo algunas entidades del Estado vienen embelleciendo para el disfrute de todos los conciudadanos, son atacados inmisericordemente por una horda de desadaptados, que parecieran obtener placer en dañar, arrancar o robarse cualquier cosa que encuentran a su camino. Pareciera que las siete plagas enviadas a los egipcios, son nada comparadas con la capacidad destructiva de los vándalos de esta ciudad.
El Malecón recién recuperado, hoy luce como si nunca hubiese recibido una inversión; las luminarias arrancadas, dejando como testigo de excepción los tubos donde alguna vez estuvieron ubicadas. Pero el vandalismo va mucho mas allá; CORPORNOR ha implementado un programa de recuperación de espacio público, visualmente apreciable en nuestros parques o redomas, utilizando especies vegetales de ornato, cuyo valor comercial es significativo, las cuales son miserablemente arrancadas.
Corponor se dio a la tarea de embellecer su entorno, incluyendo una decoración especial de navidad en el retorno sobre la avenida libertadores ubicado frente al triangulo del monumento al Ángel. Algunas piezas son creadas con el ingenio de los recicladores y otras hacen alusión a símbolos de la región como el toche y la locomotora. No han transcurrido diez días de haberse instalado y ya han roto, desprendido y desvalijado algunas figuras. Que triste no saber apreciar los esfuerzos institucionales y sobre todo perder la posibilidad de hacer de nuestra casa grande un lugar digno para vivir.
Esta circunstancia es el reflejo de lo que está viviendo nuestra ciudad, la inseguridad nos está golpeando de manera rampante; los cucuteños estamos sitiados y la policía insiste en retenes para decomisar motos, cuando deberían estar impidiendo las fechorías que se cometen a diario y sin control. Los retenes son buenos, pero cuando se tiene el control de la ciudad; estos retenes están diseñados para los incautos padres de familia, domiciliarios y trabajadores, pues los delincuentes nunca pasan por ellos, porque saben donde los colocan y a qué hora.
Debemos generar una verdadera cultura ciudadana, empezar por nuestros jóvenes para que aprendan a cuidar y amar nuestra ciudad, porque como vamos, vamos mal. Ahora con la cantidad de personas viviendo en condición de indigencia, la crisis sanitaria se ha agudizado, pues las necesidades básicas se están haciendo en la calle sin ningún reparo.
Debemos acompañar los esfuerzos institucionales que el sector público y privado vienen haciendo para embellecer nuestra ciudad e instar a otros a que también lo hagan, porque es hora de tomarnos los espacios públicos y permitir que la familia pueda disfrutar de ellos, de lo contrario el vandalismo y la inseguridad seguirán ganando terreno. Digamos no al vandalismo.
