Decía Michael Jordan, el jugador estadounidense de baloncesto, que “el talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos.” Me gusta esa frase porque, muchas veces, pensamos que los partidos se definen por un jugador y no por el equipo. La construcción de este Acueducto Metropolitano Francisco de Paula Santander es, precisamente, la demostración de que el trabajo en equipo siempre será el mejor camino hacia la consecución de grandes logros que transformen las vidas de las personas.
La historia de este acueducto viene de varios años atrás, desde que se hizo evidente que el río Pamplonita no era suficiente para abastecer al área metropolitana de Cúcuta, en gran parte, debido a la contaminación derivada de los contantes ataques terroristas al oleoducto de Caño Limón – Coveñas. Además, aunque el Conpes 3798 declaró al proyecto como estratégico desde 2014, la ejecución de las obras comenzó hasta abril de 2019. Esto, debido a que los estudios técnicos para encontrar la mejor alternativa tomaron más tiempo del previsto porque el objetivo fue más exigente: el nuevo planteamiento no sólo podía concentrarse en superar los riesgos del presente. También era necesario incluir una visión de futuro que considerara estar a tono con el crecimiento poblacional a largo plazo y con los efectos del cambio climático en la zona. Así que las medidas no podían ser “paños de agua tibia”.
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Este proceso ha sido muy importante. Además del impacto en el bienestar de la comunidad y la competitividad, esta ha sido una gran apuesta en materia de gobernanza para materializar políticas públicas como la "Gestión Ambiental Urbana" y la "Gestión Integral del Recurso Hídrico". Además, ha significado una sumatoria de esfuerzos técnicos y financieros del gobierno nacional, por medio del Ministerio de Vivienda y Ecopetrol; la gobernación de Norte de Santander, CORPONOR, las alcaldías de Cúcuta, Villa del Rosario y Los Patios y la Empresa Metropolitana de Servicios Públicos Domiciliarios. Esta es la mejor muestra de que sí es posible trabajar en equipo. Y no solo es posible. Es una obligación si queremos lograr grandes metas.
Los resultados son evidentes. Según reportes desde 2018, el servicio de agua potable para Cúcuta alcanzaba una continuidad de 23 horas al día. Pero en Los Patios la cifra es de 18 y en Villa del Rosario de entre 4 y 6 horas al día. Con la mega-obra del Acueducto Metropolitano Francisco de Paula Santander, el acceso al agua de calidad será de 24/7para los 3 municipios, lo que beneficiará a más de 800 mil personas. Esto significa certidumbre, oportunidades de inversión en vivienda y en proyectos de expansión urbana, más empleo, prosperidad y desarrollo. Además de ser el proyecto más grande del país en materia de agua potable, que supera los 400 mil millones de pesos, es una obra de altísimos estándares de calidad. El servicio de acueducto está garantizado hasta el 2047 para 1 millón de personas.
Todo este esfuerzo valió la pena porque en la ejecución de las obras se generaron más de 1.000 empleos directos que requirieron más de 1 millón de horas hombre de trabajo. Además, se dinamizaron encadenamientos productivos en sectores como el transporte, acero, cemento, ferreterías y demás. Adicionalmente, esta obra tiene un valor especial porque gran parte de su ejecución fue durante la más cruda emergencia económica, social y sanitaria de la historia reciente. La pandemia no nos detuvo. Mientras la ciencia libraba una batalla sin tregua por crear un antídoto contra el coronavirus, en esta esquina de Colombia luchábamos por asegurar el bien más potente que cuida la salud y la vida. Por eso este acueducto que inauguramos no se trata solo de obras, cifras e inversiones: se trata de garantizar que más personas puedan vivir y vivir mejor.
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La puesta en marcha de este acueducto solo es posible gracias a la determinación de todos y cada uno los que aportaron su trabajo, su tiempo y su conocimiento para hacer de este sueño una realidad. A todos ellos, gracias por su pujanza y tenacidad, que es esa misma pujanza y tenacidad que está impresa en el ADN de quienes han nacido y crecido en Norte de Santander.
A partir de hoy, el acueducto Metropolitano Francisco de Paula Santander deja de ser un sueño y se convierte en una realidad. Es un mensaje de que sí es posible lograr grandes obras con altos criterios técnicos, sostenibles y que transforman vidas. Pero, sobre todo, es un mensaje, como decía Jordan, sobre la contundencia de trabajar en equipo.
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