Más del 95% del territorio de Cúcuta es suelo rural, espacio que no está siendo aprovechado dado el potencial agrícola y pecuario que representa, convirtiéndose en la extension de terreno más amplia y menos poblada del municipio. Equivocadamente se ha creido que Cúcuta es solo el territorio urbano y esto es un grave error que nos pasa una cuenta de cobro imperceptible, que aumenta la tensión social debido al sobredimensionamiento poblacional asentado en el territorio urbano.
Si logramos migrar procesos industriales al sector agrícola, podremos mejorar las condiciones de vida de los cúcuteños, aprovechando un potencial inexplotado en la región, el sector rural.
Son mínimas las expresiones colectivas de aprovechamiento de los suelos rurales en Cúcuta y por el contrario la explotación del mismo se hace por generación expontánea, la cual se desarrolla por familias cuya tradición les lleva a seguir usufructuando artesanalmente la tierra. No existe un claro modelo de desarrollo agroindustrial en el municipio de Cúcuta como si ocurre en otros; a manera de ejemplo, la sabana de Bogotá con el cultivo de flores genera tantos empleos que de Cúcuta parten buses de personas que viajan a trabajar en temporada.
Estoy convencido que el Campo es la Salida a tanto desempleo en la región, podemos de manera rápida y organizada, generar centros de acopio y producción agrícola planificada según la vocación óptima de cada suelo en los 10 corregimientos del municipio y especializarlos para que produzcan con la garantía de que sus cosechas serán compradas a buen precio y que nuestros campesinos no serán sometidos al estrangulamiento de los intermediarios, que sin mayor esfuerzo se quedan con la gran utilidad.
Pero la agricultura extractiva no puede ser la solución, requerimos de dar valor agregado a nuestros productos, no de cualquier forma sino, a través de trabajos de investigación de las universidades que determinen en qué y cómo somos más productivos y competitivos como región, para que el proceso asociativo y de apalancamiento agroindustrial tenga garantía de éxito. Por tal motivo estamos trabajando en la creación de un tanque de pensamiento de la mano de la universidad para dar en el blanco.
No podemos apostarle como municipio a procesos de siembra, sin tener garantía de éxito en toda la cadena productiva, pues perderemos el esfuerzo de transformar nuestro sector rural y sobre todo de lograr la oxigenación urbana mediante la generación de empleo que tanto requerimos para eliminar la tensión social de las diferentes comunas de nuestra ciudad.
Si logramos unir esfuerzos y apostamos a la agroindustria en nuestro municipio, saldremos del odioso y deshonrroso primer y segundo lugar de desempleo e informalidad que tanto daño nos hace, por eso estoy convencido que el campo es la salida.