George Santayana, filósofo español que vivió en la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, escribió en 1905 en su libro La vida de la razón: Las fases del progreso humano: “Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”. Y Winston Churchill lo complementó diciendo: “Aquellos que no son capaces de aprender lecciones de la historia están condenados a repetirla”. De manera inexplicable, algún ministro de educación tuvo en mala hora la idea de borrar el estudio de la historia del pénsum oficial de nuestras escuelas y colegios. No son claros sus motivos ni tampoco es claro por qué no hubo una protesta social contra tamaño despropósito.
El ministro de marras no hizo el menor esfuerzo en comparar nuestros planes de estudio con los de otros países de mayor desarrollo económico y social, cómo los Estados Unidos o los países de la Unión Europea en donde todos los niños tienen como parte obligatoria de su formación el estudio de la historia de su país, porque sin esas bases es imposible lograr una identidad nacional. En efecto, la identidad nacional es el conjunto de símbolos y valores que nos identifican como pertenecientes a una nación y nos permite reconocernos como tales y diferentes de otra. Pero la identidad nacional tiene un condicionante fundamental que es la historia común que nos permite reconocernos como diferentes de aquellos que no comparten nuestra misma historia.
Sin embargo, a pesar de que existe una nación con la que nos identificamos como colombianos, tenemos que reconocer que Colombia es un país de regiones y que la personalidad de los habitantes de cada una de estas regiones tiene unos condicionantes históricos, geográficos, sociales, políticos, económicos y religiosos propios que hacen que sus habitantes tengan unas características que los diferencian de los de otras regiones. Por eso es tan importante la iniciativa que ha tenido la Universidad Simón Bolívar, en asocio con la Fundación Cultural El 5 a Las 5 y la Academia de Historia del Norte de Santander de ofrecer el Diplomado de la Nortesantandereanidad que comenzó el sábado 27 de abril y que terminará el 5 de octubre con sesiones semanales todos los sábados desde las 9:00 de la mañana a las 12:00 del mediodía. Este diplomado, que tiene 180 horas de actividad académica, cuenta con la colaboración decidida de cuarenta profesores que son, naturalmente, los mejores exponentes en cada una de las áreas y facetas que han contribuido a la formación de la personalidad del nortesantandereano.
Pero, la iniciativa no iría más lejos de ser una nueva actividad universitaria que realmente hace falta en nuestra región pero sin trascendencia diferente a la académica, si no fuera por el hecho de que ha sido concebido como una actividad que puede llegar a todos los hogares en forma gratuita, a través de los medios electrónicos de comunicación, ya que se transmitirá en vivo por Facebook Live y, en alianza con la Gobernación de Norte de Santander, por radio se reproducirán las conferencias todos los sábados de 6:00 a 9:00 de la noche por emisora La Voz del Norte 1040 AM. Como dice Patrocinio Ararat, quién dirige el diplomado, lo que pretende este esfuerzo conjunto entre la Universidad Simón Bolívar, la Fundación el 5 a las 5 y la Academia de Historia del Norte de Santander, con el apoyo y colaboración del diario La Opinión y de la Gobernación es que el conocimiento de nuestra historia esté al alcance de todos nuestros conciudadanos, no importa su oficio o su ocupación, y que desde el conductor de taxi o buseta, el trabajador informal, hasta los intelectuales, tengan la posibilidad de conocer nuestras raíces, aprender de ellas, conocer nuestros errores ancestrales así como los aciertos de quienes nos precedieron y poder así proyectarnos conscientemente hacia el futuro.
Si realmente logramos aprender de dónde venimos, podremos entender, no solamente lo que nos identifica como producto del pasado, sino que nos permitirá de manera conjunta y mancomunada cambiar nuestra historia para convertirnos en una de las regiones mas prósperas, más equitativas y más educadas de nuestro país. Tenemos las condiciones para ello, pongamos manos a la obra.
