Reconocer a las víctimas de este país, no es solo saber que existen; es tener la humildad de aprender de ellas y de lo que se puede lograr, encauzando el dolor de la guerra. Oscar Figueroa es el primer colombiano en conseguir una medalla de oro para nuestro país en los juegos 2016. Este antioqueño, de 33 años, logró sumar 318 kilos en levantamiento de pesas y quedarse con la medalla de oro en su categoría, en los juegos olímpicos de Río.
Oscar Figueroa es una víctima del conflicto armado, su historia no ha sido fácil. En 1993 cuando apenas cumplía 10 años de edad, las Farc y las Auc devastaron Zaragoza su pueblo natal, convirtiéndolo a él y a su familia, en desplazados de la violencia. Ahí, comienza una historia de terror que, como la de muchos otros, los obliga a abandonar su lugar de origen, dejando atrás sueños y proyectos de vida; que está repleta de noches largas, oscuras y frías; y que en la mayoría de casos esta signada por el hambre y la pobreza.
Pese a todo esto, también hay muchos colombianos que, como Oscar, han sido capaces de mirar de frente el dolor de la guerra, sobrevivir al trauma del desplazamiento y convertirse en ejemplo para otros. Este trauma sobrepasa la capacidad natural de cualquier persona de asimilar dificultades, pero cuando se supera, deja ver seres humanos capaces de convertir el sinsentido de la guerra en fuente de fuerza y valor y en la oportunidad de descubrir capacidades que no sabían que tenían.
Hoy, Figueroa es el mejor pesista, que se ha conocido en la historia de Colombia. Por eso, escribo para él, para las víctimas y para los sobrevivientes. La reparación emocional es un tema que debemos poner sobre la mesa, pues será pieza clave en la superación del dolor que ha marcado este país y en la posibilidad de rehacer proyectos de vida desde lo inimaginable.
Esto, fue lo que nos llevó hace unos días al Segundo Foro Regional “Encuentro, Paz y Posconflicto”, que se llevó a cabo en el auditorio Lucho Bermúdez, del municipio de Carmen de Bolívar. Allí, como lo dijo una de sus asistentes, el Congreso de la República le dio reposo a la carreta para darle paso al testimonio. Seguiremos recorriendo el país buscando estos testimonios. Nuestro próximo destino será Nariño, en donde esperamos encontrar a las víctimas de fronteras conocer su proceso y reclamar por sus necesidades.