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En los zapatos de los demás
Mociones en contra de la obligatoriedad de llevar zapatos de tacón alto al trabajo. 
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Viernes, 10 de Junio de 2016

Desde  finales  de la primera  década de este siglo  en Gran Bretaña se vienen presentando por parte de los sindicatos,  mociones en contra de la obligatoriedad de llevar zapatos de tacón alto al trabajo. Recientemente  fue publicada  en internet la foto  de una mesera que muestra sus pies ensangrentados después de un largo turno de trabajo en el restaurant donde las empleadas son obligadas a usar tacones. 

En su columna “Hombres con tacones” (El Tiempo, junio 06), Cecilia Rodríguez,   resalta la  odisea de  un obrero sueco quien,  para protestar    contra  la anticuada legislación  sobre el código de vestimenta,  fue a trabajar en un apartamento de un cuarto piso  sin ascensor en unos bonitos zapatos  de tacón  alto  y atractivo color para mujer.  Todo fue filmado en un video para YouTube  que se convirtió en un fenómeno viral. El hombre  aparece  caminando tortuosamente  mientras trabaja y  al final del día,  cuando llega a la casa,  se quita los zapatos frente a sus dos hijos pequeños y les muestra los pies llenos de peladuras. 

Pero lo que lo que rebosó la copa  fue el reciente despido de una joven  de 27 años, contratada como recepcionista para un trabajo  temporal en una empresa de Londres, por negarse a llevar tacones al trabajo. El caso ha trascendido pues la joven inicio una campaña para recoger firmas y reclamar al Parlamento Británico la revisión de  la  ley que permite a las empresas imponer el uso de esta  prenda.  A los  pocos  días se habían registrado más de las 100.000 firmas requeridas para iniciar el debate.

Existen investigaciones sobre el daño causado por esta prenda. Según el  Colegio Profesional de Patólogos de Andalucía, además de la incomodidad para caminar  que producen  los    zapatos  de tacón, su exagerado uso  por varias horas al día puede producir muchas patologías  del pie y repercutir en la rodilla, cadera y espalda.    A esto hay que agregarle el riesgo de caídas y de accidentes  de tránsito  cuando se conduce un vehículo, extendiéndose el riesgo a las demás personas. Todo parece indicar que las desventajas  son superiores a los beneficios. 

Pese a que esta prenda  contribuye a resaltar  la belleza y elegancia femenina, desde 1986 hasta ahora el porcentaje de las mujeres que usan tacones en su trabajo diario se ha reducido de 68 por ciento a un 31 por ciento. Las damas que más usan esta clase de zapatos están entre los 18 y 24 años. 

Vale recordar que los hombres fueron los primeros en usar zapatos de tacón alto,  mucho antes que las mujeres fueron usados por los  ingleses como  calzado para los jinetes. Cuando en Europa  las clases bajas tuvieron acceso a los zapatos,  los aristócratas optaron por usar zapatos con tacones altos para marcar la diferencia.

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