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En un nuevo camino
Se someten a la medición de su gestión y no podrán eludir el juicio de opinión sobre aciertos o fracasos. 
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Sábado, 2 de Septiembre de 2017

Mientras los partidos que han tenido el control y el monopolio de la política y del poder en Colombia se encuentran en una coyuntura de crisis y de baja credibilidad, las Farc dejan de ser un movimiento armado e ilegal y se convierten en una nueva colectividad sometida a la ley, sin esguince alguno.

Esa decisión reviste importancia histórica y hay que celebrarla como un hecho positivo de aporte a la democracia. 

No se trata solamente de renunciar a la acción violenta que se tenía como estrategia para imponer objetivos políticos, sino también de la promoción y asimilación de los cambios que deben hacerse a fin de poner a la nación en un nuevo rumbo. 

La  meta debe ser erradicar tantos problemas de  impacto devastador acumulados, como la corrupción, la desigualdad, la exclusión, el abuso de poder, la comercialización de la justicia, la  pobreza con todas sus secuelas y muchos otros de peso insoportable.

Los que pasan de la trinchera de fuego al debate pacífico de las ideas pondrán a prueba su comprensión de la realidad nacional y su capacidad para generar propuestas que correspondan a un manejo idóneo del Estado y del Gobierno. 

Se someten a la medición de su gestión y no podrán eludir el juicio de opinión sobre aciertos o fracasos. 

Se pondrán en evidencia así mismo las diferencias o las coincidencias con las otras fuerzas partidistas en la competencia por el poder.

No es fácil pasar de la subversión a la legalidad o desmontar el discurso agresivo contra el establecimiento y asumir el tono deliberante, aunque  se mantengan los mismos cuestionamientos al modelo predominante. Pero el paso está dado y hay un nuevo camino. Lo que sigue es ser coherente con las responsabilidades que implica someterse a unas reglas de convivencia bajo el común denominador de la tolerancia y el respeto a las diferencias. La respuesta al adversario ya no será con la instrucción de que “Ahora tiene la palabra el camarada Mauser” sino con el argumento propio de la dinámica de las ideas. No será la dialéctica cruenta sino la argumentación que genere convicciones.

El Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, que es el nombre de la nueva colectividad de la guerrilla puesta en combate por Manuel Marulanda hace medio siglo, se va a estrenar como corriente de opinión en las elecciones de 2018. Llega con repertorio ideológico propio. Deja atrás su pasado de violencia propio de una guerra despiadada y se compromete tanto a la reparación de las víctimas de su acción en la confrontación, como a la no repetición de los hechos atroces. Es un compromiso cuyo cumplimiento será el sello de la verdad, acogido en el Acuerdo de Paz.

En momentos en que los partidos tradicionales se han reblandecido y los nuevos se han sumido en situaciones erráticas, la llegada de las Farc crea expectativas. ¿Se consolidará con opción de poder? ¿Tendrá soportes éticos para no entrar en las turbulencias de corrupción, el clientelismo, el abuso de poder y los otros vicios que se volvieron corrientes en la política colombiana? Está por verse y hay que hacer el seguimiento libre de todo prejuicio. Es, de todas maneras, un hecho de interés público.

Puntada

Mañana comienza la XIII Fiesta del Libro de Cúcuta. Se trata, como se ha reconocido nacionalmente, del evento cultural más importante de Norte Santander. La Biblioteca Julio Pérez Ferrero lo ha consolidado con las fortalezas que garantizan el cumplimiento de sus objetivos. Hay que aprovecharlo en todo cuanto ofrece a fin de que sea un surtidor de conocimientos y de satisfacciones para todos.

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