Sin duda la informalidad laboral es uno de los temas más importantes de la ciudad de Cúcuta, y ocupa la atención de la mayoría de los ciudadanos y las autoridades públicas del municipio, a pesar de este interés, la cifra es alta ( un 70%) y es fundamental que haga parte de la agenda pública, en este sentido el Ministerio de trabajo y el programa de naciones unidas para el desarrollo (PNUD) por medio del observatorio regional del mercado de trabajo (ORMET) realizó una investigación para determinar el perfil del informal de la ciudad, como también el estudio de caso de dos poblaciones representativas de este fenómeno, como lo son los “Pimpineros” y vendedores ambulantes,- de estas últimas nos ocuparemos en otro artículo.- dicha investigación la coordiné y desarrollé con tres investigadores, los profesores Alexander Botello, Jorge Ramírez y Jazmín Manzano. Se tomó como información secundaria la GEIH (gran encuesta integrada de hogares) y se usaron los microdatos del trimestre Abril-junio del 2014 para evitar la estacionalidad de otros periodos.
Se realizó una estimación a partir de la posición ocupacional del trabajador y el tamaño de la empresa;y otra medida basada en el incumplimiento de normas laborales y contractuales, la primera dio un valor de 70,4% y la segunda un valor parecido, pero en esta última desarrollamos un ejercicio por cada variable y arrojó que las más altas fueron: el no acceso a caja de compensación familiar, el no contrato escrito, no pago de ARL y no cotización en pensión ( 81,70%, 76,2%, 74,10 y 71,80% respectivamente); además se elaboró una perspectiva mixta que unió las dos visiones que tuvo un valor de 59,50%. Los datos anteriores evidencian una baja calidad del empleo y por ende una condición de vulnerabilidad para la gran mayoría de la fuerza de trabajo en la ciudad.
Según los datos, los informales de la ciudad tienen una edad promedio de 39,5 años (fuerza trabajo joven), si ubicamos los informales por sectores económicos encontramos que el 78% está en el sector servicios (hoteles restaurantes y servicios personales), un 21% en el sector secundario y 1% en el sector primario. Además frente al nivel educativo la mayoría tiene bajo capital humano, el porcentaje más alto lo tiene la media completa con un 25,1%, seguido por básica primaria completa,secundaria incompleta y primaria incompleta (18,1% 16,1% y 15,1% respectivamente). Los salarios son bajos y heterogéneos, por ejemplo el salario mensual promedio es de %541.721, el salario por trabajador cuenta propia no profesional no tecnólogo ni técnico es de $478.000, obrero o empleado de empresa de menos de cinco trabajadores en promedio es de $690.000.
Es claro que el mercado laboral de la ciudad es disfuncional, por un lado se tiene una demanda de trabajo caracterizada por un tejido empresarial débil, con baja productividad y generación de poco valor agregado; y por otra parte la oferta de trabajo tiene bajo capital humano, estas dos fenómenos generan un circulo viciosos que se agrava con los vaivenes de la economía y política venezolana, con una oferta educativa que no se conecta con estas necesidades y una política pública “cosmética” de buenas intenciones. Esperemos que el otro año pueda existir la sinergia y el compromiso de todos los actores del territorio.