Siempre se ha dicho que un político debe ser prudente en el manejo del idioma y en lo que dice, esto es, pensar antes de hablar, porque muchas veces la imprudencia de los actores políticos hace colapsar la confianza y credibilidad en el electorado que aspira que apoye su discurso o mensaje.
Alguna vez el expresidente Alfonso López Michelsen, en entrevista con Flor Romero, le decía que en su juventud uno de sus pasatiempos favoritos era leer el libro de los Proverbios. Tenía razón. De dicho Libro tomo la siguiente cita pertinente: “Actúa siempre, hijo mío, con prudencia y reflexión: es algo que no debes olvidar” (Proverbios 3, 21). Un buen ejemplo lo constituye Jimmy Carter, cuando por allá en 1976, siendo candidato a la presidencia de Estados Unidos, un periodista de Playboy le preguntó si había sido infiel a su esposa. Carter respondió enfáticamente que no, pero agregó que en realidad “alguna vez he cometido adulterio en mi corazón”. Este chistecito imprudente casi le cuesta la presidencia.
En reciente entrevista con el diario El País, de España, el expresidente Juan Manuel Santos aseguró “… que en el terreno de la política la traición es la regla y no la excepción, …”. Podrá ser cierto, pero también es irrebatible lo inconveniente que un político activo se muestre tan explícito en sus respuestas. Y él es un político activo, como también lo son todos los expresidentes colombianos supérstites.
Santos tiene explicaciones para todo lo que sucedió con su mentor, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, el que lo escogió como su candidato y eligió como presidente de la República. La Nación entera también conoce la verdad de todo lo sucedido, pero eso ya no interesa. Ahora interesa el futuro. Lo que importa ahora es tener en cuenta esas palabras de Santos, en el sentido “… que en el terreno de la política la traición es la regla y no la excepción, …”, porque él, como mentor de una fracción política que pretende la presidencia de la República, puede ignorar a su electorado desconociendo los postulados de la Coalición de la Esperanza que él patrocina entre bambalinas, fundamentalmente el de “decir siempre la verdad”, y otros como proteger la vida, proteger los recursos públicos, garantizar el diálogo y la participación ciudadana, limitar el ejercicio del poder, defender la libertad, la igualdad y la dignidad humana, reconciliar y construir, privilegiar el bien común y la equidad. Es decir, muchas cosas bonitas, pero el jefe de la Coalición de la Esperanza ya nos ratificó cómo era la cosa con él.
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La Academia de Historia de Norte de Santander participará activamente en la 17º Fiesta del Libro de la siguiente manera: Omar Rozo Pérez, con el taller Evolución industrial de una villa; Ciro Alfonso Pérez, con Mujeres en el bicentenario; Leonardo Yotuhel Díaz Guechá, con Antonio Nariño, fundador de la nacionalidad; Gustavo Gómez Ardila, con la Constitución de Villa del Rosario para principiantes; Luis Fernando Niño López, con Elementos sociológicos importantes en la conmemoración de fiestas patrias, y, Fernando Chelle, con Las otras realidades de la ficción (Utopía, distopía y ucronía en la literatura).
