El Gobierno Nacional anuncia una inversión superior a 7.2 billones de pesos, que ha denominado “La locomotora de las regalías”, lo cual es una buena noticia debido a la inyección de recursos en las diferentes regiones del país, con lo que se podrían atender las necesidades mas sentidas de la comunidad. Sin embargo, esta decisión debe mirarse con cuidado, pues desatará una inversión justo para el tiempo del periodo electoral. Hablar de aprobación de proyectos en los Órganos Colegiados de Administración y Decisión (OCAD) en los próximos seis meses, significa licitaciones para el primer semestre del año entrante.
Es necesario un concertado proceso de planeación para la ejecución de los recursos de regalías, acorde a las necesidades prioritarias de la región, si no por la premura de la ejecución de los recursos se puede estar cayendo en la trampa de los anunciados “proyectos tipo”, que no son otra cosa que proformas para ejecución de recursos en obras como canchas sintéticas; refracciones menores; placa huellas y otros proyectos de bajo impacto que terminan atomizando los recursos y dejando un bajo o nulo impacto en la región.
Lo peor que nos puede pasar es que la locomotora pase por el departamento gastando recursos, sin permitirnos avanzar en crecimiento e infraestructura para el desarrollo de la región. Una cancha sintética en un barrio deprimido, es como regalarle un carro de control remoto costoso a un niño que no tiene educación, alimentación y vestuario. Debemos aprovechar estos recursos para resolver nuestros problemas básicos y cerrar la brecha de la desigualdad social. Los “proyectos tipo” son placebos que no atacan la verdadera enfermedad y malgastan la inversión.
Los grandes proyectos no están determinados por la cantidad de recursos invertidos, sino por su importancia estratégica. Mientras gastamos $5.000 millones en una cancha, deberíamos usar estos recursos por ejemplo para cofinanciar el proyecto del puente sobre el río Zulia, presionando con ello al Gobierno Nacional para que invierta en el reemplazo del desueto puente Mariano Ospina Pérez, el cual no aguanta un refuerzo mas.
Aprovechemos los recursos de regalías e imprímanosle un factor multiplicador a través del jalonamiento de recursos de orden nacional. Todo proyecto que cofinanciemos nos multiplicará la inversión y nos permitirá avanzar en alcanzar el tan anhelado desarrollo de la región.