En Colombia es común utilizar refranes para hacer mención a situaciones de la vida cotidiana, entre los cuales se encuentra: “la pepa que le faltaba a la maraca”. En esta oportunidad me voy a referir a la inmensa puerta que acaba de abrir el Director del Área Metropolitana de Cúcuta, en relación al transporte interfronterizo.
En los últimos tres años y medio, el tema de la movilidad en la ciudad ha sido blanco de todo tipo de improvisaciones, empezando por los estorbos instalados sobre varias vías arterias y principales, representados en resaltos, tubos, estoperoles, etc., pasando por la instalación de semáforos con ignorantes criterios para su ubicación y sincronización, descuido total de la malla vial, laxitud en la ejecución del convenio con la Policía Nacional para apoyar las tareas de regulación del flujo vehicular y ahora, la “pepa”: capacidad transportadora ilimitada a empresas extranjeras que ingresarán a sus anchas para movilizar pasajeros en Cúcuta y su Área Metropolitana.
Lo anterior, lo sostengo con base en la Resolución 073 del 17 de Julio de 2023, expedida por el Área Metropolitana de Cúcuta, “Por medio de la cual se autoriza unas rutas para los vehículos de transporte público terrestre automotor colectivo venezolano que ingresen al Área Metropolitana de Cúcuta” en la cual consigna en su “Artículo Primero: AUTORIZAR unas rutas para los vehículos …”
Es muy probable que dicho acto administrativo le traerá dolores de cabeza a nuestro alcalde 2050, por cuanto los asesores jurídicos y expertos en transporte que prestan sus servicios a las empresas de sector radicadas en esta jurisdicción, además de tener amplia formación y reconocimiento, no creo que se queden callados ante los inmensos vacíos que se dejaron en la precipitada Resolución, que van desde la inexistencia de los nombres de la empresas que ingresarán, como tampoco la relación de automotores que prestarán o invadirán las rutas locales.
Lamentable hecho lo constituye el hecho que la autoridad Metropolitana de Transporte, permita el ingreso de vehículos semidesbaratados dado que dejaron dentro de los requisitos “… El vehículo no Puede Superar los Veinticuatro (24) años de vida útil, Matriculados a partir del 15 de marzo del año 2000”.
Al respecto, ¿será que los funcionarios que ayudaron en la construcción y revisión de lo publicado no saben que el parque automotor del vecino país, quedó en estado de congelación de nuevas unidades por todas las razones conocidas? ¿Es posible que la parte operativa de tránsito, controle rutas y evite que se tengan rodando por toda la ciudad, automotores totalmente desvencijados, aportando emisiones contaminantes con la justificación que se trata de integración fronteriza? ¿Cuál será la verdadera razón de no haber plasmado el número de empresas y unidades que ingresarán amparadas en lo decidido? ¿Quién evitará que las unidades de treinta y dos o más pasajeros, afecte al sector transporte local?
Son muchos más los interrogantes que pudieran salir y por tal motivo, estaré atento a los justos reclamos que se originen desde el gremio de transporte local, frente a lo que hoy he llamado: “la pepa que le faltaba a la maraca”
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