El viernes 17 de junio, a las 5.00 p. m., en la Biblioteca Pública “Julio Pérez Ferrero”, el escritor Gustavo Gómez Ardila presentó ante nutrida asistencia su nueva obra “La casa de los fantasmas. Lecturas cucuteñas”.
Me adelanto a aclarar que titulo esta columna con el subtítulo de la obra para darle más pertenencia a la ciudad, en el sentido que el conjunto de artículos se refieren a la ciudad que lo acogió, lo atendió, disfrutó, y hoy, en el atardecer de una existencia poéticamente feliz, le obsequia a esta ciudad el inicio de sus remembranzas que, esperamos, siga ampliando para “fortalecer nuestra identidad cucuteña, tan venida a menos en los últimos tiempos”, según nos lo indica el autor en el prólogo de su propia cosecha.
Después de haber leído con avidez esta serie de lecturas cucuteñas, vuelvo a ellas con el objeto de escoger algunas para comentar en esta columna. Sea la primera “Los muertos también van al fútbol”. Al repasar esta “lectura” viene a mi memoria que de este acontecimiento se hizo una película titulada “El último aliento”.
En esta producción el guionista fue Iván Gallo, dirigida por René Castellanos y Colbert García, en el elenco estuvieron Lincoln Palomeque, Alejandro Aguilar, Laura Londoño, Germán Patiño. Gustavo Adolfo Contreras, hijo de la profesora de español y literatura Ana Mercedes Barranco B., tuvo parte activa en la producción total de la cinta, que llegó a las salas de cine el 29 de mayo de 2015.
Otro caso interesante es el de la tertulia La Bohemia, ubicado en la esquina suroccidental de la avenida cuarta con calle diecisiete, punto cultural interesante de la ciudad al que llegué por indicación y compañía del poeta Fernando Chelle. Gómez Ardila pinta muy bien la personalidad arrolladora de su portaestandarte: Pedro Marún Meyer, a quien conocí en Cúcuta a principios de la década de los noventa, del siglo veinte, cuando en Pedro ya sucumbían sus ambiciones políticas y yo disfrutaba las delicias de la burocracia.
La última vez que lo vi y departimos con whisky gratis fue en la Biblioteca Pública “Julio Pérez Ferrero”, en el homenaje al expresidente Virgilio Barco Vargas con ocasión del centenario de su natalicio y con presencia de toda la familia Barco Isakson. La descripción que hace Gómez Ardila de la sede de la Tertulia, es fiel, como un retrato, tan solo le faltaría agregar que el salón está engalanado, por lo menos en aquel momento, con óleos de la escritora y pintora cucuteña Eleonora Martín, amante también de la poesía y quien ha publicado los libros “No soy perfecta, pero soy feliz” y “Tú”. El apartamento de la pintora es otra galería de arte y sus atenciones inmejorables. Tenemos pendiente otra visita, Eleonora, con risotto o sin él.
En fin, difícil comentar y agregar datos de mi propia cosecha en tan corto espacio. Mi sugerencia es que compren el libro y lo disfruten, para regresar a la editorial por lo que quedó en el tintero y enriquecer aún más la historiografía cucuteña.
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