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Los premios Nobel 2020 (II)
Podemos decir que hay una biología humana que se puede estudiar en todos los aspectos.
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Viernes, 23 de Octubre de 2020

El estudio de la biología atrae a niños, jóvenes y adultos. Pero el concepto de biología es muy amplio. El Diccionario de la Real Academia Española (RAE) la define así: “Ciencia que trata de los seres vivos considerando su estructura, funcionamiento, evolución y relaciones”.  Teniendo en cuenta que los humanos somos seres vivos, podemos decir que hay una biología humana que se puede estudiar en todos los aspectos definidos por la RAE. 

El ser humano se encuentra compuesto de células agrupadas en tejidos y órganos. Pero lo más importante es que cada célula tiene un núcleo y dentro de ese núcleo se encuentran dos moléculas de ADN, exactamente las mismas para todas las células pero que se expresan en forma diferente en tejidos y órganos diferentes del mismo organismo.  Es como tener el mismo libro, pero abrirlo en capítulos diferentes según la célula que lo va a leer.

Jennifer Doudna se crió en Hawái pero hizo su tesis doctoral con el nobel Jack Szostak en Harvard, quien había avanzado bastante en el entendimiento de la estructura y función del RNA, que parece ser la molécula que permitió la existencia de las primeras células. Una molécula de RNA puede actuar como una tijera que corta un punto específico en la secuencia de otra molécula de RNA. Su tesis doctoral fue construir un RNA que se autorreplicaba. 

Según el New York Times, hace apenas 18 años, Doudna recibió en su laboratorio de Berkley la visita de Jillian Banfield, quien le habló de unas bacterias raras que tenían unas secuencias que traducidas al español, reciben el nombre de ‘cortas repeticiones palindrómicas agrupadas y regularmente interespaceadas’, cuyas primeras letras en inglés son CRISPR.  Parecía que eran un sistema de cortar el DNA infectante de virus. 

Pasaron unos meses y se encontró en París con Emmanuelle Charpentier, una francesa que trabaja en Suecia y que había desarrollado un sistema CRISPR simple.  Entre las dos trabaron arduamente con el fin de conseguir que su sistema CRISPR pudiera actuar como unas tijeras que cortaran el DNA y usando otras enzimas, pudieran insertar nuevos genes.  Este es un descubrimiento fundamental que significó que les concedieran a las dos el Premio Nobel de Química, ya que a través de su CRISPR-cas9 pueden modificar el DNA cortando genes que producen enfermedad y sustituyéndolos por genes normales.  Las posibilidades son inmensas y su método podrá salvar muchas vidas.

El estudio de los virus no es algo que haya resultado de la presión y el miedo producto de la aparición del SARS-CoV-2. Los virus han convivido con nosotros desde siempre. Su existencia misma depende de la capacidad que tienen de infectar nuestras células para reproducirse y al hacerlo, matarlas. Esa dependencia forzosa resulta frecuentemente en enfermedad cuando no tenemos los mecanismos de inmunidad necesarios para impedir su infección y su propagación, en caso de haber ocurrido la primera.

Uno de esos virus que causan una enfermedad que puede producir la muerte, a no ser que se trasplante un hígado sano en el individuo infectado, es el virus de la hepatitis C.  Según Scientific American, Harvey Alter y Michael Houghton desarrollaron conceptos básicos que permitieron que Charles Rice aislara el virus de la hepatitis C y entre los tres diseñaron pruebas de sangre y nuevas medicinas que han salvado millones de vidas. Por esta razón, los tres recibieron el Premio Nobel de Medicina.

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