La alta dirección de la Policía Nacional debe entender que hoy, las Instituciones Públicas o Privadas en la cultura occidental, tienen unos marcos Técnicos de Planeación en su Gestión.
Y ellos los adoptó la Constitución de 1991 para la Policía Nacional, luego de ciento treinta y cuatro años de un tortuoso camino de errores, contradicciones e incongruencias, hasta llegar al Estado Social de Derecho.
La Policía dice la Carta, es hoy un cuerpo armado de naturaleza civil y la sacó del comando de las fuerzas militares con ministros civiles de defensa y nivel ejecutivo policial con cuatro especialidades: Policía urbana, Rural, Judicial y Cuerpo Administrativo desde 1995.
No logra uno entender como esa alta dirección policial, en estos últimos 28 años, no se haya adaptado en plena era de la Globalización, a la Teoría General de las Organizaciones, capítulo de la Planeación, ítem de la visión integral que es relativa a los entornos: Social, Político, económico y organizacional, que enseñamos en la ESAP.
Continuar en las miserias del pasado es por lo menos absurdo. Hay que superarlas con todos sus escándalos policiales, como: Wanumen, o los de la Mazda, o La masacre de Mondoñedo, o Palomino y sus jóvenes, o las extorsiones con el RUNT de Barranquilla desde una tiendita de barrio, o La Misión Humanitaria de la ONU atacada por el ESMAD con bombas de aturdimiento, o “la llavería” con los Boyacos para hacer allanamientos con oficios falsos. Superar esa historia tortuosa que comenzó con la fenecida Constitución de 1886 en octubre de 1890, sobre todo en materia contractual.
Ese año, el Presidente El Presidente Carlos Holguín Sancionó la Ley 23 que lo autorizó contratar con el gobierno de Estados Unidos o en Europa alguna persona que capacitara el cuerpo de la Policía Nacional, compuesta entonces por treinta gendarmes en tres compañías de cien hombres, un Capitán, dos tenientes y un subteniente, a órdenes de un primer y segundo comandantes de libre nombramiento y remoción. Fue en ese mismo instante cuando se politizó la Policía.
Así llegó la contratación del Comisario Francés Juan Marcelino Gilibert y con el Decreto 1.000 de 1891 se organizó el Cuerpo de la Policía Nacional pasándola al Ministerio de Gobierno y eliminó las policías departamentales, las municipales y el cuerpo de serenos. La Policía fue entonces Liberal o Conservadora.
Vale la pena continuar el cuento, ahora que los Directivos Policiales Bogotanos desde esa lejanía capitalina, adivinan o pretenden adivinar la visión integral a los entornos: Social, Político, económico y organizacional de Cúcuta y del Departamento N de S. Ciertamente es muy decepcionante.
Adenda: Los Generales Bogotanos sacrificaron la Coronel Sandra Mora porque ella quiso aplicar “in situ”, la visión integral relativa a los entornos: Social, Político, económico y organizacional, que enseñamos en la ESAP, en Teoría de las Organizaciones.
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