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Política liberal
Muy agradecidos ellos con la divisa roja: el Partido Liberal.
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Lunes, 22 de Junio de 2015

Alguna vez recordaba el expresidente Carlos Lleras Restrepo que cuando él redactó los estatutos del Partido Liberal incluyó que éste era una “coalición de matices de izquierda democrática”, frase que aún subsiste en el preámbulo y/o declaración ideológica de ese dicho documento.

Desde luego que las condiciones históricas y legales han variado, luego de la desaparición de la Carta de 1886.

Primero, porque antes de este rompimiento existía un partido fuerte, mayoritario y acatado; segundo, porque el nuevo Código Superior introdujo una serie de figuras que dieron mayor libertad a sus correligionarios; tercero, porque en los albores del siglo XXI la colectividad del trapo rojo prácticamente quedó como Ricaurte en San Mateo y no ha sido posible una reunificación sólida, así su actual dirección esté comandada por un líder de la talla intelectual y moral de Horacio Serpa Uribe y, cuarto, por los personalismos y disidencias nacionales y regionales, un mal general.

Las últimas noticias informan que un grupo de patricios liberales, algunos que algún día fueron consentidos por la colectividad, hasta con la investidura de presidentes de la República en momentos álgidos de la política colombiana-momentos en que el Partido no los abandonó sino que los respaldó y defendió con ardentía-, ahora, para los comicios del 25 de octubre próximo, apoyarán la candidatura del izquierdista del Polo Democrático en Bogotá, una ciudad que por ser capital nacional nos convoca y nos duele la acción destructora de ese grupo amarillo en doce años de desgobierno.

Entonces, cuando estos patricios tienen alguna opción de poder dentro de la colectividad roja llegan campantes a dar órdenes y hacerse con sus dignidades; y cuando ven que hay figuras nuevas que se abren camino a codazos, se van disgustados a apoyar otras candidaturas o partidos.

Es lo que acaban de hacer Ernesto Samper Pizano, su hijo Miguel Samper Strouss y Alfonso López Caballero, entre los más destacados, cuidándose de aclarar que siguen siendo liberales, para regresar “muy tieso y muy majo” cuando las condiciones –sus condiciones- les sean favorables.

Así lo acaba de expresar y aclarar Alfonso López Caballero, uno de los renegados, cuando en carta a Horacio Serpa Uribe le expresa que “Para muchos liberales la Dra. Clara López, (…), está más cercana a nuestro sentir como liberales”.

Tiene razón López Caballero cuando dice que la Dra. Clara López “está más cercana a nuestro sentir”, pero no como liberales sino como parientes. Otro tanto puede decir el expresidente Samper Pizano, otro de los apóstatas y también pariente de la señora Clara López Obregón. En su ensayo titulado La familia Samper el expresidente López Michelsen reconoce que “...yo también vengo de esa familia”.

Muy agradecidos ellos con la divisa roja: el Partido Liberal.

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