En la asignatura de Ciencia Política de la Universidad Libre de Cúcuta siempre mantuvimos la especulación para precisar la utilización conceptual de este tema que lo manosean con tanta ligereza los politiqueros de la región. 

Las políticas públicas son un tema realmente novedoso, pues solo en 1951 la Universidad de Stanford lo adoptó, luego de los debates que 14 años antes había iniciado la de Harvard.  En 1974 entró a América Latina por Bolivia -los vientos del sur-, a través de la NASPPA, que da los estándares de la Educación global para el servicio público en este mundo occidental. 

Así que realmente cualquiera que sea el origen, democrático o autocrático, son los gobiernos que guían políticamente e institucionalmente las comunidades, los titulares de una política pública.

Buena tarea le espera a Jorge Acevedo Peñaloza, el alcalde electo, para institucionalizar el municipio y cranear la inversión en la cual le cogió la leva a Jairo Tomás Yáñez por omisión culposa o dolosa. Ya oficiosamente lo determinarán Omar Javier García y Alfredo Omaña Granados, los titulares de nuestras “IAS” regionales y nuestros sordos Jueces de la república. Si me citan iría a ampliar y ratificar, pues esto lo han archivado varias veces contra la ley.  Hace un mes lo advertimos en este espacio. 

¿Debe ser la política pública de un solo tema específico, o puede contener varios, manejados gradualmente uno a uno?

Pues la definición de las Políticas Públicas nos dice que ellas “son el conjunto de sucesivas respuestas del Estado, frente a situaciones consideradas problemáticas”

Así las cosas, Jorge debe segmentar las respuestas y graduarlas para su realización y seleccionar prioritariamente las situaciones problemáticas.

Por ejemplo: la situación de los servicios públicos, o las de la deuda del municipio que va por buen camino. Pero hay que sanearlas y ello “per se” son una política pública.

La situación de los servicios públicos, del Tránsito Municipal es crítica y crónica, pues parten de la nulidad absoluta de los contratos de concesión.

Pero todo es cuestión de saber y decidir.  El municipio de Cúcuta y sus entes descentralizados, no pueden seguir subsistiendo dentro de la presunción de legalidad de lo ilegal. Eso es absurdo.

Adenda: Dios guíe a Jorge Acevedo Peñaloza, nuevo y legítimo alcalde de Cúcuta.  Porque a cinco meses de terminar su mandato, a Jairo Tomás, le dio por revisar los incumplimientos de su gestión con las diez comunas de la ciudad. Le cogió la noche, como dicen sus ancestrales de Gramalote o la leva como gritan los costeños.