Recientemente me encontré en Cartagena con mi buen amigo Roberto Montes Mathieu, un abogado y escritor sincelejano que, desde muy joven, en Bogotá se dedicó a la asesoría de empresas, la docencia universitaria en Historia de las ideas políticas, a escribir sobre su región y al periodismo cultural. Celebramos la ocurrencia y en el auditorio donde se celebraba el XXI Parlamento Internacional de Escritores, mientras éste comenzaba, platicamos largamente sobre su actividad de litigante y su literatura. Me obsequió el libro “Cuatro narradores del Caribe colombiano”, todos sucreños y donde uno de ellos es él: Roberto Montes Mathieu.
Recordé que uno de los relatos que publica en el libro se titula “Como necesito las becas tuve que salir a votar”. Es el diálogo ágil de una potencial sufragante con el senador, donde le manifiesta que está necesitada de ayuda para que sus hijos estudien porque “…hoy día si no se estudia no se puede conseguir empleo…,”. Al leerlo se advierte fácilmente que esa seguramente ha sido la constante desde que se realizan procesos eleccionarios, junto con el afecto a determinados candidatos, partidos o movimientos políticos, el deseo de ejercer el derecho al sufragio o la preocupación por los destinos del país, porque se sabe que ahora mismo la nación colombiana navega al garete ante la mirada complaciente de personas que creíamos sensatas.
Aunque parezca verdad de Perogrullo de ahí salen los electores para un total de 15 competidores que quedaron inscritos en la Registraduría y listos en el punto de partida para comenzar la carrera por la Alcaldía de Cúcuta, como informó La Opinión al cerrarse la inscripción. Poco tiempo pasó para que sucesos inesperados, algunos de contabilidad electoral y otros de enredos con las famosas “ías”, dieran al traste con las aspiraciones de algunos pretendientes. Así se trate de reelección, como en algunos casos, son aspiraciones válidas porque son legales y legítimas. Es el constituyente primario el que decide. Tengo entendido que ya son dos los candidatos que desistieron de su aspiración a la Alcaldía y eso va aclarando el panorama. Aunque falta poco más de un mes para salir al ruedo es factible que se presenten más deserciones o fusiones.
Los votantes en su mayoría son personas, como el del cuento de Montes Mathieu, que necesitan la beca y otras dádivas, bien para su núcleo familiar u obras para su comunidad, que también es válido o a eso nos han acostumbrado. Alguna vez conté que alguna vez, cuando vivía en Barranquilla y se aproximaban las elecciones locales, allá en el barrio se apareció casa por casa dos meses antes de las elecciones el senador José Name Terán y prometió asfaltar o recuperar inmediatamente varias vías del barrio, incluyendo la nuestra, si votábamos por sus candidatos. Independientemente de cómo lo hizo, dicho y hecho, el lunes siguiente llegó la maquinaria. Creo que eso únicamente lo implementó en Colombia el senador José Name Terán, porque otros ni después de triunfar electoralmente. Es de esperar que de esa profusión de candidatos, y en lo que a nuestra región compete, el constituyente primario se incline por aspirantes capaces y de hombría de bien.
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