Los colombianos elegirán este domingo los miembros del Congreso Nacional, que son Cámara de Representantes y Senado, las corporaciones legislativas encargadas de aprobar las leyes con que se gobierna la nación. Es de su competencia también ejercer control político sobre los funcionarios con desempeños en las otras ramas del poder público.
Al Congreso corresponde buena parte de la dinámica de la democracia y por lo tanto de la calidad de sus miembros depende que su función se cumpla con acierto y eficiencia.
Esa responsabilidad asignada a los legisladores les impone a los electores escogerlos tomando en cuenta los merecimientos que puedan tener.
Merecimientos relativos al conocimiento de los asuntos públicos y de los problemas, al rigor ético en sus actos, a su coherencia política y a su fidelidad en la defensa del interés general sobre lo particular.
Los congresistas son, además, actores políticos de primer orden.
Y una de sus responsabilidades prioritarias es la de ejercer la política como motor del bienestar colectivo y no como medio de enriquecimiento ilícito, a través de prácticas viciadas y de una desenfrenada avaricia aplicada al abuso del poder hasta su utilización en acciones criminales, como ha ocurrido en Colombia.
De ello están como testimonios las violencias de diferentes épocas, unas veces a cargo de grupos protegidos desde el mismo Gobierno y otras por la subversión armada, las mafias del narcotráfico o los patrones del feudalismo rapaz.
Los congresistas que se elijan este domingo deben tomar en cuenta que el país necesita consolidar la paz y en esto cuenta el acuerdo con las Farc, al que deben sumarse esfuerzos encaminados a hacerle entender al Eln el beneficio de su desmovilización para sus propios combatientes y el pueblo colombiano en general, al cual no se debe seguir victimizando.
La investidura de congresista impone deberes concretos y de esto tienen que ser conscientes quienes reciban ese honor. Trabajar por mejorar las condiciones de la región para solucionar problemas, satisfacer necesidades, recortar atrasos, despejar incertidumbres, fortalecer el crecimiento económico, defender los recursos naturales contra la voracidad de empresarios nacionales y extranjeros, estimular el talento de los innovadores, respaldar las iniciativas de paz y cerrarles los espacios a la corrupción, debe ser compromiso básico de los elegidos. El cumplimiento de esas tareas le da prestigio a quien las asuma y lo hace respetable. Pero hay que estudiar, hay que investigar, hay que tener información actualizada y certera.
Es importante hacerse relevante en el Congreso por el trabajo legislativo que se haga con claridad, ajustado a la conveniencia pública, con ponderación y tomando en cuenta el interés de todos.
Y hay algo fundamental: el congresista debe despojarse de cuanto lesione su buen nombre. En esto tiene que poner su honor y demostrar que se puede hacer política con decencia y que esta no es un recurso de pícaros, ni de corruptos, ni de mentirosos, ni de tramposos, sino un ejercicio orientado a servir en la mejor forma a la sociedad. Una actividad en función de la democracia. Entonces, pues, a votar para Cámara y Senado por quienes tengan los mejores merecimientos.
Puntada
El 8 de marzo envié este mensaje a las mujeres:
En el denso tejido del universo la mujer es expresión de la vida en su plenitud. Es merecedora de amor, amistad, respeto, derechos y todas las consideraciones inherentes al ser humano. En el conjunto de la sociedad debe tener ese reconocimiento sin restricción alguna. Celebremos su día con alegría y satisfacción.