El pasado domingo Colombia vivió la fiesta democrática más importante del país, casi 20 millones de colombianos asistieron a la cita en las urnas y se pronunciaron sobre cuál es su preferencia. Quedó demostrada la polarización del país, donde las opciones presidenciales que mayor votación obtuvieron representan ideologías diametralmente opuestas. Aunque el abstencionismo sigue siendo alto, logramos reducirlo porcentualmente.
El resultado en Norte de Santander dejó claro cuál es el candidato de la preferencia en el departamento, aunque tengo la leve sospecha que ello no significa que tengamos claro lo que queremos como región. Los nortesantandereanos debemos unificar no solo los votos, sino también el discurso. Debemos saber a dónde queremos llegar.
El país afronta nuevos y grandes desafíos, los cuales independientemente de quien sea el Presidente de la República, abrirán una puerta de oportunidades para las regiones, pero parece que no estamos preparados para insertarnos en esa agenda, pues nuestra visón sigue siendo demasiado parroquial. El ingreso de Colombia a la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo), más conocida como el club de los países con buenas prácticas, permitirá que nuestros productos se comercialicen de mejor forma y en mayores cantidades.
Debemos estar pensando en qué tipo de valor agregado vamos a dar a las materias primas regionales, como la arcilla, la palma, el carbón, las frutas y otros productos que exportamos en bruto, y no transformamos. La universidad debe desempeñar un rol importante como incubadora de innovación a través de la investigación aplicada, y no solo pensando en artículos de revistas indexadas para satisfacciones personales o institucionales.
Mientras en otras regiones se discute sobre la visión de futuro de las regiones y el direccionamiento estratégico de las mismas, acá estamos pensando en si la DIAN se va a cargar los carros venezolanos y cómo evitarlo. Todo es importante pero no podemos descuidar la agenda regional por estar pensando en cómo pago menos o no pago.
Si se abre la frontera mañana, ¿cuántas empresa nuevas instaladas en la región tenemos para atender la demanda de bienes y servicios que requerirá Venezuela para su recuperación?, ¿Cuántos están preparados para comercializar en dicho país, como exportadores y no como contrabandistas? La respuesta puede llegar a ser desconsoladora y desafortunadamente volveremos a ver pasar los camiones llenos de productos provenientes del interior del país, y nosotros ofreciendo gasolina de contrabando y remonta de llantas.
Cualquiera que sea el presidente, sólo quiero que nos ayude a insertarnos en la productividad del país y hacernos partícipes de las oportunidades que como país tenemos para salir de la crisis por la que atravesamos.
