Una práctica común para muchos colombianos desde hace muchos años es mirar como logra saltarse la fila, incluso para muchos hace parte de nuestra cultura. En este país con tanto desempleado, es frecuente que algunos encuentran una forma de ganarse la vida, haciendo una interminable e indignante fila y venden el turno, de eso medio viven, o por lo menos almuerzan. El problema es que ahora “saltarse la fila” para vacunarse se convirtió en un asunto de supervivencia. Con las imágenes que vemos todos los días en televisión y periódicos el mundo está en pánico. En estos días 3 políticos en España se saltaron la fila, lograron vacunarse, vino el debate y la presión pública y debieron renunciar.
El pasado jueves cuando estaba haciendo fila en el aeropuerto camino a Cúcuta, de un momento a otro se “saltó la fila” a empujones y gritos, un señor que dijo ser mayor de 70 – cuento que no se lo cree ni su progenitora - y a empujones se metió. El gobierno tiene el temor de que ahora mucha gente tratará de saltarse la fila por vía de tutela. Puede venir una avalancha de tutelas que le permitan a la gente, en la mayoría de casos acompañadas de mentiras dulces y sutiles, saltarse la fila para vacunarse pronto. Finalmente es un asunto de vida o muerte como ya puede tener esa connotación para muchos.
El país que hoy en día es ejemplo en el mundo en organización en vacunación es Israel. Ha logrado en tiempo record vacunar a más del 30% de la población. El mundo mira a Israel porque es el país que se convertirá en un referente de cómo combatir esta terrible pandemia. Este país ya ha sido objeto de admiración para el mundo, cuando logró cultivar en el desierto. El único lunar de su plan de vacunación, es que dejó por fuera a 5 millones de palestinos. Nuevamente la soberbia y torpeza del ser humano, porque vacunar exitosamente a 9 millones de israelís, pero tener al lado 5 millones de personas en riesgo, es echar a perder el logro inicial.
En Europa los planes de vacunación no han sido exitosos. De un lado Gran Bretaña aún no se repone de la nueva cepa que tiene un impacto de contagio y letalidad frente a la cual no sabe cómo responder. Inquietan las noticias de Alemania, país disciplinado y organizado en donde la gente no trata nunca de saltarse la fila, pero muestra que su personal de salud está también al límite y van a tratar de extender las restricciones hasta el mes de abril. Sigo todos los días las noticias de Francia, y por estos días la población le reclama al gobierno la lentitud en la vacunación. Aún más, hoy tienen acorralado al ministro de salud Olivier Veran, porque ayer en la mañana dijo que a junio vacunarían a 15 millones de franceses, y ya en la tarde señaló que serían 45, y eso que hasta donde se sabe el ministro nunca ha pertenecido a la “Colombia Humana”.
Ojalá que pronto lleguen las vacunas a Colombia y que el desorden y caos no sean tan grandes. Le creo al Ministro de Salud cuando se conocieron por estos días las cifras en el país que mostraban que habían fallecido en el país 50 mil colombianos, cuando señaló que si el gobierno no hubiera tomado las medidas correspondientes, los muertos habrían sido 600 mil. Creo que igualmente en Bogotá Claudia López ha hecho lo mejor que ha podido, dadas las circunstancias de extrema dificultad que vivimos. Uno de los temas que pienso son de mayor riesgo para una vacunación exitosa es que es un año electoral. Habrá que esperar que esas aguas contaminadas y pestilentes que en ocasiones arrastra la actividad política, no terminen agravando más esta pandemia que sufrimos y permitan que muchos se salten la fila.
