Cúcuta Ciudad Maquila, me parece el reflejo de la falta de creatividad en nuestra región, la cual parece estar completamente desconectada de la realidad.
En la actualidad en el mundo se imponen los clúster industriales como mecanismo unificador de producción y especialización de las regiones, y nosotros desempolvamos una idea que rondó en los años 70, cuando era viable que los empresarios venezolanos pensaran en producir en nuestro territorio por la ventaja comparativa que tenían desde el punto de vista económico, al encontrar en la zona de frontera una mano de obra baratísima gracias al diferencial cambiario que alcanzó picos hasta de 17 pesos por bolívar.
En esas condiciones venir a utilizar la mano de obra colombiana era absolutamente viable, sin tener en cuenta que los servicios públicos eran y siguen siendo muchos mas costosos en nuestro país. Hablar hoy día de maquila en Cúcuta, transporta a la época en que el centro de Cúcuta era intransitable, por la cantidad de casetas construidas entre el andén y la calle y los “arrastradores” te halaban ofreciéndote docena de 14 pantalones o camisas. En nuestra ciudad difícilmente podremos maquilar, desconectados con el mundo, la frontera cerrada para el intercambio comercial, nuestro único vuelo internacional a Panamá cancelado y la salida a la costa, que gracias a este Gobierno se mejoró en todo su trayecto, como si se tratara de las “leyes de Murphy”, no esta conectada con Cúcuta por el franco deterioro del puente Mariano Ospina Pérez. Espero, eso sí, que los formuladores de este proyecto ante la imposibilidad de la salida de los productos a los puertos exportadores, no propongan que la maquila se establezca en Sardinata para evitar el paso sobre el rio Zulia.
Me niego a que nuestra región, deba conformarse con migajas, creo y seguiré creyendo en la industrialización del área metropolitana de Cúcuta, creo en la necesidad de nuestro propio parque industrial. Creo en la pujanza de nuestro pueblo, el cual ha sabido sobreponerse con éxito a tantas adversidades y salir victorioso de ellas.
Creo que el pueblo es superior a sus dirigentes y mientras ellos se desgastan proponiendo absurdos, un grupo de hombres y mujeres trabaja por el desarrollo de nuestra región con amor y tesón.
Creo que en Cúcuta se está levantando una generación de empresarios competitivos generadores de empleo y me niego rotundamente a que nos quieran proyectar como la mano de obra barata de otros; maquila es sinónimo de servilismo, pobreza y opresión. Sé que nos equivocamos de modelo económico en los años de bonanza y creímos que duraría por siempre, pero no creo justo que debamos ser esclavos por siempre.
Es la hora de imponer nuestra capacidad, creatividad y profesionalismo pensando que tenemos lo necesarios para alcanzar el sueño de una nueva generación. ¿Por qué en medio de la crisis varios empresarios de la región producen y compiten en los mercados nacionales e internacionales? Porque tuvieron Fe en que lo logarían y lo lograron.
Hoy quiero seguir ese ejemplo, creer que lo lograremos y no dejarme influenciar por el facilismo que en otra época nos hizo tanto daño y marcó a muchas generaciones. Estoy convencido que eso ya pasó y que hay una nueva generación de nobles, leales, pero ante todos valientes como fuera reconocida nuestra ciudad por cédula real, capaces de hacer nuestro sueño de ciudad una realidad.