“América para los americanos”. Esa famosa doctrina Monroe desde el siglo XIX ha servido siempre para tratar a los países latinoamericanos como el patio trasero de los EE.UU. En efecto, el presidente Trump lo prueba al hacer, en menos de un mes, afirmaciones graves frente a las acciones del gobierno colombiano en lo que respecta a la proliferación de drogas ilícitas en los EE.UU. y también en lo referido al “envío” de criminales de alta peligrosidad al territorio norteamericano.
¿Ese era entonces el “gran aliado” con el que contaba el presidente Duque para “liberar” y “moralizar a Venezuela del régimen de Maduro”? ¡Vaya peligro! No quiero ni imaginar cómo pudiese estar leyendo Maduro esos síntomas de fraccionamiento de esa supuesta alianza para salvar a los venezolanos de la hecatombe. Espero sea todo menos deseos expansionistas de un régimen en decadencia que necesita un permanente chivo expiatorio externo para poder adormilar a su pueblo de sus graves problemas internos.
Por otro lado, el gobierno colombiano duerme en su laberinto. Se le salió de manos el tema de la Minga en el Cauca, permitió que gran parte de su partido político etiquetara a los indígenas de “terroristas” paralizando por completo la estabilidad económica y social de esta zona de Colombia. No se ha dado cuenta el presidente que gran parte del problema que ha generado la protesta desde hace muchos años ha sido la falta de presencia del Estado, el escaso reconocimiento de los derechos colectivos a esta población, la presencia permanente de grupos al margen de la Ley y la producción exorbitante de cultivos ilícitos.
Y en ese sentido, el jefe espiritual y político del presidente Duque el senador Uribe ha salido en defensa del gobierno y ha respondido que gran parte del problema del aumento de los cultivos ilícitos en Colombia se debe al Acuerdo de Paz con las Farc y al apoyo que el gobierno de Obama dio al mismo. ¡Qué miopía tan amplia la del senador Uribe!
Colombia pone los muertos, el presupuesto, la guerra para cumplirle a su “hermana mayor del Norte” y pese a ello tiene que buscar responsables frente a esta caótica situación de acrecentamiento de cultivos ilícitos. ¿Por qué el senador Uribe no responde a los americanos con estrategias diferentes frente a lo que ha sido el prohibicionismo frente a las drogas?, ¿por qué no pide corresponsabilidad internacional frente a este flagelo que ha sometido la dignidad del pueblo colombiano, ha perpetuado un conflicto armado y ha puesto en entredicho la viabilidad de Colombia en muchas regiones?, ¿por qué no se detiene a revisar las estrategias novedosas que han quedado plasmadas en el Acuerdo de paz donde figuran herramientas como la sustitución de cultivos, inversión en las regiones golpeadas por el narcotráfico y una nueva visión del problema de las drogas como un tema de salud pública?.
El gobierno colombiano se ha desprestigiado de manera previsible en el plano internacional por la falta de políticas y estrategias claras frente al problema de las drogas ilícitas. Sigue la visión conservadora y miope de prohibicionismo de más de cuarenta años, haciendo cada vez más rentable el negocio y la cadena de producción. Así también, haciendo conejo al Acuerdo de paz y proponiendo más glifosato para reducir la expansión de los cultivos ilícitos. En definitiva, las palabras de Trump son un coscorrón a Duque por tener cero iniciativa pero mucha improvisación e imposición en su círculo más cercano de colaboradores.