Hojeando una publicación comercial, me encontré por casualidad un índice que clasifica a las naciones según un “Índice de Prosperidad”. El Instituto Legatum de Londres desarrolló un instrumento para tratar de identificar acciones específicas de política pública que contribuyan a reforzar el camino para salir de la pobreza y llegar a la prosperidad, estudio que ha venido publicando desde hace más de diez años. 

En el índice en el que un país es más próspero si se encuentra cercano a uno, Colombia ocupó en el 2019 el puesto 72 entre 149 naciones, por encima de otras latinoamericanas y por debajo de Chile, Uruguay, Argentina y México. 

Revisando los parámetros para la construcción del Índice, que Legatum llama pilares,  se me ocurrió que era perfectamente posible aplicar esos 12 pilares a nuestra Cúcuta y tratar de identificar los cambios urgentes que se requieren para encontrar nuestro camino a la prosperidad. 

El primer pilar es la seguridad ciudadana. En esto estamos completamente atrasados. Supuestamente somos la cuarta ciudad más violenta del país, con una inseguridad disparada a límites anteriormente nunca vistos, que para el caso de los taxistas podría mejorarse con el botón de pánico, pero que para el transeúnte al que el parrillero de una moto arrebata su teléfono celular y lo amenaza, y a veces lo hiere con arma de fuego, ¿qué vamos a hacer?  

Otro pilar es el sistema de justicia. En un sistema garantista como el nuestro, parecería que tiene más garantías el delincuente que el ciudadano al que atraca. Hay atracadores que tienen casa por cárcel y desde allí siguen delinquiendo.  ¿Será que en Cúcuta al delincuente atrapado en flagrancia también se le debe dejar salir de nuevo a la calle porque su caso no fue adecuadamente preparado por el policía o por el fiscal?  

Otro pilar es la gobernanza. Finalmente la ciudadanía cucuteña se alzó como uno solo contra las prácticas corruptas y eligió a un mandatario probo y sin maquinarias.  ¿Será posible que sus proyectos y sus propósitos de moralización se vean truncados por 12 concejales que no quieren impedir que los corruptos sigan haciendo de las suyas? La presión ciudadana deberá lograr que no se consolide el hecho de que el acusado sea al mismo tiempo el juez que deberá absolverlo. 

El pilar de capital social es otro en el que encontramos deficiencias. Pero es importante señalar que hay otros pilares que muestran un lado positivo y esperanzador. El pilar de la salud es algo de lo que deberíamos estar orgullosos por los avances que se han dado tanto en cobertura como en tecnología. Sin embargo, las condiciones coyunturales de la migración de venezolanos incontrolable han hecho colapsar un sistema que estaba en franca recuperación. Ya es imposible conseguir atención aún prioritaria en urgencias de los hospitales públicos y de las clínicas privadas. Y conseguir una habitación privada puede llevar días. 

El pilar de la educación también es esperanzador.  La cobertura para primaria es casi universal y la de media y secundaria es alta.  Tenemos excelentes instituciones universitarias y el SENA que garantiza la formación de los técnicos y tecnólogos que la ciudad necesita. El alcalde ha propuesto que más allá de la cobertura mejoremos la calidad de la educación pública. Esta es otra política que se va a implementar y que mejorará nuestro futuro.  

Otros pilares en los que estamos relativamente bien tienen que ver con la libertad individual, que en nuestro caso se da sin cortapisas diferentes a las que impone la ley, aunque frecuentemente se encuentre con la intolerancia entre individuos. 

El clima para inversiones en Cúcuta también es positivo y la Ley de Fronteras deberá incentivar el asentamiento de empresas nuevas, que generarán puestos de trabajo y reducirán la informalidad. Como ejemplo de lo que se puede esperar en este campo está el Centro de Convenciones en Villa del Rosario y los diferentes centros de emprendimiento establecidos por las universidades.

Este boceto a mano alzada nos indica que es necesario fortalecer la alianza entre el Gobierno, las universidades y los empresarios con el fin de devolver a Cúcuta en la senda de la prosperidad, que es algo que se merecen los cucuteños.  

Debo aclarar que en este ejercicio, que parecería muy halagüeño en varias de sus conclusiones, no he incluido factores externos al Área Metropolitana tales como el conflicto armado del Catatumbo, las acciones de los grupos ilegales, el narcotráfico y el contrabando que también nos afectan en gran medida, pero que se tendrían que tener en cuenta si se pretendiera hacer algo semejante a nivel de todo el departamento.