Los prejuicios y arrebatos de algunos dirigentes colombianos contra el acuerdo de paz con las Farc es parte de la costra que deja el mismo conflicto armado.
Es la expresión de intereses retrógrados y de un talante que abreva en la violencia y se convierte en un pozo de oscurantismo.
La amenaza de “hacer trizas” lo pactado, unido a la propaganda destinada a generar miedos y odios es un golpe bajo que puede tener impacto desolador.
Es como querer prolongarle a Colombia los sufrimientos de la guerra, con más víctimas sumidas en la frustración irremediable.
Ponerle fin al conflicto armado es abrir una oportunidad a la solución de los graves problemas que se han acumulado en la nación.
Es impulsar la construcción de una democracia con capacidad de superar los vicios de la politiquería, erradicar la corrupción y corregir a fondo el entramado de la desigualdad y de la exclusión predominantes.
Es el verdadero aporte a la paz. Y es lo que le dará a Colombia estabilidad y la pondrá en el rumbo de una prosperidad sostenible, con la garantía de que no se repetirán las desgracias padecidas y que han tenido la complicidad de quienes se benefician de esas desdichas.
Puntada
Una carta de respuesta.
Cúcuta, mayo 30 de 2018
Señor Miguel Héctor Parra López
Cúcuta.
La lectura de su carta dirigida al director de La Opinión para acusarme de sesgar información en el interés de mi hijo Carlos Flórez Góngora por estar él vinculado a la campaña de la candidata a la rectoría de la Universidad Francisco de Paula Santander, Claudia Toloza Martínez, me lleva a pensar que es una coartada con la que usted busca ocultar travesuras en la búsqueda de su reelección y al mismo tiempo ejercer el triste papel de censor contra la libertad de información y de opinión.
Carlos Flórez Góngora no es candidato a la rectoría de la UFPS y su participación en este proceso no tiene por qué impedir mi libertad de expresión respecto a lo que considere que perjudica en alguna forma ese patrimonio común que es el alma máter de la región.
Por lo demás, usted no tiene como desmentir ninguna de las informaciones que he publicado sobre sus actos o los de quienes lo secundan. Lo invito a ese ejercicio.
Tome en cuenta estas precisiones. Las mediciones hechas a la UFPS durante sus años de rector muestran niveles negativos en lo académico.
Sobre sus impedimentos para volver a ejercer la rectoría es el autorizado Departamento de la Función Pública, institución del Estado, quien lo ha confirmado.
Y respecto a la ética, es donde menos autoridad le cabe a usted. Porque lo contrario a la ética es el abuso de poder desde el cargo que se ejerza para conseguir beneficios particulares.
Permítame decirle que si bien merece reconocimiento por su capacidad para convertirse en una persona económicamente pudiente, las estrellas de su carrera académica en la UFPS no brillan tanto.
Atentamente, Cicerón Flórez Moya