En la reciente Feria del Libro en Bogotá, me acerqué al stand de la Universidad Libre en busca de algo conmemorativo del centenario de su fundación, como dicen unos, o reactivación, como manifiestan otros. Sobre estos dos aspectos ya he escrito en otras oportunidades.
De todas maneras vale la pena recordar que en 1890, siglo XIX, el conocido Luis Antonio Robles Suárez - “Negro Robles” -, “abogado y político guajiro, primer afrocolombiano en llegar al Congreso de Colombia y al gabinete presidencial como Secretario del Tesoro”, fue uno de los cofundadores de la Universidad Republicana, donde estudiaron su carrera de derecho el expresidente liberal Enrique Olaya Herrera y los célebres periodistas Alejandro Galvis Galvis, fundador de Vanguardia Liberal, de Bucaramanga, y Juan B. Fernández Ortega, cofundador de El Heraldo, de Barranquilla.
El 3 de abril de 1912, por quiebra económica, algunos de sus profesores suscriben la escritura pública número 332, otorgada en la Notaría Tercera del Círculo de Bogotá, que se aferra a la denominación de Universidad Republicana, y con la escritura pública 1183, otorgada en la misma notaría, el 30 de octubre de 1913, se cambia la denominación por Universidad Libre, pero siguió funcionado como Universidad Republicana, hasta 1918, cuando el rector se involucró de lleno con una candidatura presidencial de la época, se armó escándalo y “La Republicana” cerró puertas. De manera que la Universidad Libre ya estaba fundada legalmente y lo que se hizo en la Convención de Ibagué fue rescatarla, pero con la redacción de la Resolución No. 6, art. 1º, emanada de dicha Convención, quedó como fundación, porque reza: “Recomendar a los liberales que en la medida de sus recursos presten decidido apoyo a la obra de la fundación de la Universidad Libre”.
Ahora bien, la primera sorpresa que tuve en el stand de la Universidad Libre fue advertir que en 1922 se celebró el centenario de la Universidad Libre, lo dice aún su página web cuando recuerda que “La Universidad Libre conmemorará su primer centenario en el año 2022”, de pronto porque la Convención de Ibagué se reunió el 29 de marzo de 1922. La segunda sorpresa, porque la institución se contradice a sí misma, proviene de que la “Edición centenario”, publicación conmemorativa, que es un compendio del Libro de Oro publicado años atrás, consigna la fecha “1923 - 2023”. Lo que sí se sabe con certeza es que inició labores el 13 de febrero de 1923, y esa parece ser la otra fecha fundacional que escogieron los actuales directivos de la Universidad Libre. Una contradicción inexplicable.
Las intimidades de la Convención de Ibagué y la biografía sucinta de sus delegados se conocen gracias al libro publicado por el doctor Felipe S. Paz, delegado por la Intendencia del Chocó, y Armando Solano, abogado, político y periodista boyacense. El libro se titula “Convención de Ibagué - 1922”. A propósito, mi profesor de Medicina legal en la Universidad Libre, seccional Atlántico, en 1982, fue “Paco” Zudea, entonces un jurista y médico octogenario, que perteneció a la primera promoción de abogados de la Universidad Libre de Colombia, de Bogotá, que recordaba con nostalgia dos cosas: “A los compañeros que atendieron el llamado del general Benjamín Herrera” y las dificultades de la travesía Barranquilla - Bogotá, vía río Magdalena.
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