Inseguridad y otros males
Pero el estado de las vías no lo es todo. Además de obsoletas, también son focos de inseguridad constante.
Según habitantes, ni en horas de día ni de la noche se puede salir, porque, ante la creciente proliferación de habitantes de calle, vendedores y consumidores de alucinógenos que entran y salen, en cualquier momento están sujetos a robos y el temor de que algo mucho peor pueda suceder.
La mayoría de las luminarias del alumbrado público están dañadas. Aunque han pasado las denuncias, a la empresa encargada de prestar el servicio, no han logrado que lleguen a repararlas. “No sabemos si se las han robado o las han partido, pero de noche, algunas calles son totalmente oscuras y los ladrones se aprovechan para robar sin dejar rastro”, agregó Pinzón.
Otro problema que se presenta es el parqueo constante de vehículos de carga pesada en las vías principales. Su desmesurada presencia obstaculiza la vista de peatones que desean cruzar de un lado a otro y se convierte en un riesgo mortal. Ante la falta de un puente peatonal que ayude a prevenir, el peligro de accidentes los aterroriza.