En la Comuna 4 de la ciudad, existe un barrio pequeño de no más de tres calles llamado Santa Clara. Pero no es el Santa Clara camino al municipio de Los Patios que todos conocen, ni el barrio Nuevo Santa Clara, de la misma comuna, con el que muchos se confunden.
Se trata de un sector conexo al anillo vial oriental, por la vía Boconó, que permanece en busca de visibilidad y mayor reconocimiento desde hace más de 50 años.
“Somos uno de los pocos barrios de Cúcuta que se conforman por familias enteras, como los Correa, Santos Díaz, Suárez, Montaña, Sierra, aquí solo se encuentran núcleos familiares grandes y no particulares”, mencionó Margarita Santos, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC).
Por eso mismo, en Santa Clara todos se conocen, y no dudan ni por un segundo al asegurar que son alrededor de 600 personas organizadas en 130 casas, un territorio con alto porcentaje de adolescentes, asociaciones de mujeres y al menos unos 75 adultos mayores.
Esa particularidad es la que los ha mantenido seguros durante mucho tiempo, y muy rara vez suelen escuchar sobre algún robo o algún hecho de inseguridad.
La lucha por las obras ha sido constante
Hace 20 años, por medio del Instituto Municipal para la Recreación y el Deporte (IMRD), consiguieron la construcción del parque, pero fue hasta hace dos años que lograron gestionar el encerramiento del lugar.
La cancha siempre ha sido de tierra, y durante casi 30 años permaneció destapada, hasta que recibieron una donación para bloques y encerramiento de parte de Feconcretos.
“El 5 de marzo la cancha no estaba iluminada, pero con Alumbrado Público se logró una gestión para cuatro lámparas allí y dos farolas en el parque. Ahora estamos en espera de once luminarias más que ya están presupuestadas”, dijo la presidenta de la JAC.
De esas once faltantes, ocho se destinarán para el paso peatonal de la vía principal en la avenida 1, concurrida por el paso de estudiantes hacia sus instituciones educativas, en su mayoría, de San Martín.
Hasta la fecha, los postes y el cableado ya están instalados, a la espera de las luces. Es una de las necesidades más urgentes, porque, aunque no es un barrio al que consideren inseguro, la oscuridad se podría prestar para otros temores.
Esa misma zona también está destapada y en tierra; cada vez que llueve, el paso se les dificulta, por lo que piden una intervención de la Secretaría de Infraestructura Municipal. Las demás fueron pavimentadas gracias a acuerdos en comunidad-gobierno.
“Por acá no nos ha visitado ninguna administración desde hace varios años. Somos nosotros quienes tenemos que pasar oficios de nuestras necesidades, y ni así nos dan respuesta. A pesar de que somos un barrio pequeño, nos tienen abandonados y no sabemos por qué”, relató la líder comunal.