Violencia, ¡nunca jamás!, así sentenciaron el fin de semana los habitantes de Cerro Norte que no quieren volver a vivir cuadros de dolor ni más derramamientos de sangre.

El sufrimiento se ha ido superando poco a poco y aspiramos a voltear la página más temprano que tarde, dijo Vitalia Ramolina García, ‘tejedora’ de paz y reconciliación  de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.

Esta comunidad, de unos 4 mil habitantes, hace parte junto a otras ocho en Cúcuta y norte de Santander de un proceso de reparación colectiva, estrategia de rehabilitación “Entrelazando”, con el cual se busca mejorar el tejido social de aquellas poblaciones víctimas de la guerra.

Durante tres días los niños, jóvenes y adultos estuvieron integrados en actividades culturales y deportivas, tales como una caminata por la paz, desfile de carrozas de perdón y reconciliación.

“Cada vez nos sentimos más unidos y eso nos ha dado ánimos para seguir fortaleciendo los lazos de nuestra comunidad con el resto de la ciudad”, dijo Remolina.