Los indicadores económicos y sociales de la capital nortesantandereana contenidos en el informe del programa ‘Cúcuta Cómo Vamos’, evidencian la inestabilidad de la zona fronteriza.

En la segunda entrega del informe, que tiene las cifras recogidas de las entidades oficiales a nivel nacional y territorial, se mostraron los cambios que ha tenido la ciudad en materia de educación, seguridad, empleo, pobreza, trabajo infantil y finanzas públicas. Sin embargo, los índices de sectores tan importantes como el de salud no pudieron ser revelados ni se les pudo hacer seguimiento porque no fueron entregados por las autoridades municipales.

Mario Zambrano, director del programa, explicó que el control, seguimiento y divulgación de los indicadores, tiene como objetivos básicos: empoderar a la ciudadanía, hacer control político y reducir la incertidumbre de las administraciones al momento de tomar decisiones sobre políticas públicas.

Mayor calidad, menor cobertura

En materia educativa, la evolución de Cúcuta presenta dos caras. En el segmento positivo, se evidencia una reducción en las tasas de deserción escolar y una leve mejora en las calificaciones de calidad.

En 2015, el abandono de las aulas de clase por parte de los menores se ubicó en 5,20%, bajando en relación al 5,80% obtenido en 2014. Por su parte, la calidad educativa, medida en las pruebas Saber que se aplican a alumnos de quinto y noveno grado, mostraron, una reducción en los resultados de insuficiencia y un mayor porcentaje de estudiantes calificados en satisfactorio y avanzado.

El punto negativo para las políticas educativas estaría en el porcentaje de cobertura, que presentó una tendencia a la baja en todos los niveles: primaria, secundaria, media y básica. La cobertura total pasó de 89,01% en 2014 a 87,61% en 2014.

Terceros en trabajo infantil

De acuerdo con las cifras recogidas por ‘Cúcuta Cómo Vamos’, la ciudad es la tercera del país con el mayor  porcentaje de trabajo infantil ampliado, con cerca de 24.000 menores en esta situación. A esto, agregó Zambrano, hay que sumarle los niños, jóvenes y adolescentes que están ejerciendo trabajos como la prostitución y otros considerados entre los peores para ellos.

Este sería uno de los puntos a los que las autoridades locales y departamentales deberían prestarle mayor importancia.