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Cúcuta
El corrientazo más barato de Cúcuta lo vende un pastor
En el centro de Cúcuta puede encontrar almuerzos desde $3.300 hasta $5.300
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Laura Serrano
Domingo, 30 de Octubre de 2022

Aunque usted no lo crea, en pleno centro de Cúcuta, en la avenida 6 entre calles 7 y 8 cientos de personas almuerzan a diario desde $3.300, en un restaurante ambulante llamado ‘La gracia de Dios’. El menú es variado y se convierte en un ‘milagro’ en esta época donde el dinero poco alcanza, debido a la recesión económica que atraviesa el país.   

Detrás de este emprendimiento está Odilfo Ariña, un hombre oriundo de Ciénaga (Magdalena) que a sus 39 años, tiene el trabajo que soñó: bendecir a otros. Su filosofía nació luego de haber estado en prisión y entender que su misión era otra en este mundo. 


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“Desde una cárcel le pedí a Dios que cambiara mi vida y que me permitiera ayudar a las personas para que lo conocieran a él y ahí se transformó todo a mi alrededor”, dijo.

Detrás de este hombre nuevo, que soltó la adicción a las drogas, al alcohol y se alejó de las malas compañías, está Liseth Aguirre, su esposa; Mauricio y Carolina, sus hijos.

Liseth es quien le pone sazón al restaurante ambulante, ella junto a Carolina, son las cocineras, mientras que Mauricio y Odilfo se encargan de trasportar desde Barrio Nuevo al centro, en una moto adaptada, los alimentos en portas para la venta.

Aunque no son los únicos en ofrecer comida económica callejera, son muy reconocidos en este céntrico sector por la calidad y buena atención a sus clientes. 

 

La tarea de cocinar

Por las noches, Liseth y su hija adelantan el trabajo. En una hora pican la verdura y dejan listos los aliños. Se levantan a las 4:00 de la mañana y montan en la cocina industrial dos calderos grandes y otro mediano donde cocinan 16 kilos de arroz. Con ajo y pimentón le dan sabor, además agregan color y otras especias.

En una olla grande ponen kilo y medio de caraota (a veces son lentejas). En otra olla van 5 kilos de pastas. Luego viene la guisada, de la compra de $20.000, de muslos de pollo, o varían con la pechuga y la preparan desmechada, en ocasiones los muslos se ofrecen fritos.

Lo siguiente es poner a hervir 2 kilos de papa amarilla. Y, por último, rápidamente fritan 4 cartones de huevo y 6 salchichones.

Cuando todo está listo, los hombres de la casa entran en acción.

A vender 

Aunque el costo de vida en Colombia afecta notablemente el bolsillo de los ciudadanos, la familia Ariña Aguirre, desde hace más de 3 años, se convirtió en un alivio para muchos, teniendo en cuenta que actualmente un almuerzo corriente puede estar en un promedio de $10.000.

Empezaron cobrando por un almuerzo $2.000 y hoy por una buena porción de arroz, espagueti suficiente, porción de grano, una papa, un huevo y una tajada de salchichón, esta familia cobra $3.300. Si le añaden pollo desmechado el precio sube a $4.300, pero si lo que desea es comer pollo o cerdo el precio es de $5.300. Ahora, si el cliente desea llevar el almuerzo debe adicionar $500 que incluye el empaque de icopor.

Odilfo tiene una técnica para servir a quienes llegan a comer en su puesto de trabajo: lo hace en un plato cubierto por una bolsa plástica que luego desecha. Si el cliente prefiere bebida, debe aportar $500.

En promedio, la venta, que inicia a las 10:30 de la mañana y que culmina pasadas las 2:00 de la tarde, son de 120 a 130 almuerzos.

“Tenemos un promedio de inversión de $400.000 y estamos vendiendo diarios entre $550.000 y $600.000. Lo que quiere decir que tenemos una ganancia de casi $200.000 para cuatro personas y aunque no sea mucho, nos sentimos bien porque estamos ayudando y cumpliendo una labor social”, dijo Odilfo.


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Con su emprendimiento, esta familia ha logrado tener su casa propia, Carolina estudia dos carreras técnicas: Atención en primera infancia y Administración de Empresas, mientras que Mauricio se le midió a la Ingeniería Mecánica.

El comienzo

En julio de 2019 y después de 3 meses de pensar y pensar en que no querían seguir viviendo de prestar dinero, a Odilfo le llegó la idea de vender comida y no dudó en compartir su pensamiento con la familia. “Estaba en una vigilia y se vino a mi mente que en mi pueblo hay esta venta de comida y en seguida sentí que era lo que estaba pidiendo. Recogí el dinero que tenía prestado y comenzamos comprando poco a poco los implementos”, contó.

Recuerda que el primer día que llegaron al punto de venta fue en toda la esquina de la calle 7 con avenida 6 y ese día les quedó más de la mitad de la comida. “Se compró para hacer 4 kilos de arroz (25 o 30 almuerzos) y no se logró la venta. Pero al otro día le sacamos $10.000 de ganancia y poco a poco era más. Todo inicio es de constancia y perseverancia”, añadió.

 

 

Ayudado para ayudar

Para Liseth, su esposo es un hombre rescatado por Dios que le permitió recuperar no solo su propia vida sino la de su familia.

“Se arrepintió de todo y decidió ser un hombre nuevo y ahora le sirve a Dios con amor y todo lo que hace es para él”, dijo.

En el restaurante ambulante a Odilfo lo conocen como el Varón, en la iglesia le llaman pastor y otros de más confianza, le dicen Apa.

Asegura que estando preso en Valledupar y Santa Marta empezó a estudiar por su cuenta la Biblia y a pesar de que su proceso con la justicia colombiana aún está abierto tiene la confianza de que será absuelto.

“Cuando me leían de todo lo que me acusaban no podía creerlo. Me sentía en una película de ficción porque ver de todo lo que me inventaban era increíble, pero sin pruebas de nada. Por eso salí, por vencimiento de términos (...)”, contó.

Una vez en libertad, Odilfo empezó a estudiar en forma para ser pastor, cursó seminarios de liderazgo y dirigía un grupo bíblico.

En enero de este año, la iglesia Ríos de Avivamiento le dio el aval para tener la cobertura espiritual y comenzar a pastorear su propia iglesia.

Hoy, además de ayudar a algunas personas con los precios asequibles en el restaurante, también realizan labores sociales para personas del Canal Bogotá.

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