La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Cúcuta
Negocios en Cúcuta que viven de sus nombres
Conozca los nombres de algunos negocios, cuyo ingenio ha sido la clave del éxito.
Authored by
Image
Hugo González Correa
Sábado, 29 de Julio de 2017

Para 1974, los Montáñez, una familia del tradicional barrio La Playa buscaba bautizar su restaurante de platos típicos cucuteños, entre ellos, el famoso pastel de garbanzo. Pero el nombre no lo encontró a la vuelta de la esquina, sino a más de 10.000 kilómetros de distancia: La Dacha.

En aquel tiempo ya existían negocios con nombres del gusto de la familia como La Casona, La Casa o La Casita. Entonces, por consejo de su amigo, el periodista y líder cívico Carlos Ramírez París, decidieron llamar a su pequeña empresa  “casa de campo”, pero en ruso.

Han pasado 43 años desde cuando se inauguró un primero de marzo, en la esquina de la avenida 5 con calle 16, y aunque el nombre nada tiene que ver con cocina o platos típicos, las recetas de La Dacha siguen degustando los paladares de propios y foráneos. El nombre es un punto de referencia en el barrio y la ciudad.

Hace algunos años, la familia decidió darle un nuevo aire al negocio y lo rebautizaron La Nueva Dacha. Hoy, el lugar fue trasteado a media cuadra y remodelado por completo. Además, cuenta con una sucursal en Bogotá.

Su madre

-Taxista, una carrera por favor.

- ¿Adónde?

-Lléveme a tomar donde su madre.

Este es un meme que ronda en las redes sociales y entre taxistas, que no se refiere a una expresión grosera, sino a un reconocido bar inaugurado hace dos años en el barrio La Libertad.

Sus dueños son una familia ocañera que primero inauguraron el bar Mi Moza, muy cerca de otro llamado La Quinta Porra. Así que se les ocurrió crear un ‘juego’ en una misma cuadra: “queríamos que los clientes buscaran algo diferente. Entonces, si no estaban donde La Moza, se iban para donde Su Madre o terminaban en la Quinta Porra”.

Fredy Botello fue el creador de Su Madre, una expresión ocañera utilizada con frecuencia para referirse a situaciones jocosas o joviales, pero más que ello -dice- se inspiró en las mamás: “donde la gente más se amaña, donde la gente vuelve, quien lo atiende bien y nunca lo deja de querer, siempre será la madre”.

Y el ‘gancho’ de Su Madre, registrado así ante la Cámara de Comercio, ha tenido éxito. Todos los días cuenta con ‘buena’ clientela y los fines de semana son necesarios 10 empleados para atender las mesas hasta el amanecer.

La última lágrima

Luis lleva 30 años cuidando las afueras y los vehículos que diariamente visitan el Cementerio Central de Cúcuta, en el barrio El Contento. Desde su primer día de trabajo, recuerda la tienda llamada La Última Lágrima, ubicada diagonal al camposanto.

“Esa tienda la fundó un señor llamado Joaquín Moreno y le colocó el nombre por su cercanía con el Cementerio Central. La imagen era de un ojo que lloraba”, recuerda Luis.

Hace 15 años la tienda fue vendida y los nuevos dueños decidieron conservar el llamativo y un tanto lúgubre nombre, que no coincidía con la oferta de sus productos de primera necesidad.

Pero, ante la situación económica y con el propósito de mejorar las ventas, hace algunos años la nueva administración resolvió diversificar la oferta e innovó con la venta de lápidas, aprovechando la demanda de los dolidos parientes de los muertos.

“Nos ha ido bien y seguiremos con el mismo nombre. Dentro de poco esperamos un nuevo aviso luminoso, porque el que tenemos se deterioró”, indicó la mujer que lo administra.

Inspiración mexicana

Hace pocos días, Helver Basto inauguró su restaurante en el barrio Quinta Bosch. Ante la Cámara de Comercio llevó tres nombres, pero ninguno fue aceptado porque todos ya existían. Entonces, resolvió consultar por internet y la búsqueda lo dirigió directamente al país Azteca.

“Encontré un famoso restaurante que se llamaba Piedras Negras (ciudad fronteriza del noreste de México, en el estado de Coahuila) y se me vinieron a la cabeza las tres piedras que están en la calle, en la esquina del restaurante”, señaló Helver, un cucuteño que genera empresa.

Sin pensarlo dos veces, le ‘echó’ picante mexicano a su idea y mandó a pintar las piedras de negro. Luego, bautizó a su restaurante: Piedras Negras, y el nombre fue aceptado.

Los platos son típicos e incluye variedad de pescados.

Otros más

A la extensa lista de negocios con nombres curiosos en Cúcuta se suman otros como: Narcotráfico, un local de tatuajes, piercing y accesorios, ubicado en el centro de la ciudad.

También un bar llamado Masturbar, en la ciudadela La Libertad y otro bautizado La Otra, en el barrio San Eduardo.

Temas del Día