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Cúcuta
Pedro Jáuregui ha ejercido el periodismo durante 40 años
El periodista hizo un repaso de su paso por La Opinión.
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Cicerón Flórez Moya
Cicerón Flórez
Miércoles, 20 de Septiembre de 2017

Pedro León  Jáuregui Ávila, ha ejercido el periodismo durante 40 en La Opinión, periódico al que lo vinculó su fundador Eustorgio Colmenares Baptista. Pero los estudios en la universidad que le dieron títulos de profesional no eran para esa función. En la Francisco de Paula Santander cursó administración de empresas y contaduría y se graduó. Pasado algún tiempo, forzado por las circunstancias varió el rumbo y se quedó en la comunicación, en Cúcuta. Nació en El Guamo (Bolívar), del matrimonio del sargento Pedro León Jáuregui Jáuregui  y la señora Isabel Ávila Barrios. Estuvo casado con Mercedes Villamizar. Son sus hijos Ingrid Katherine, Pedro Leonardo y Camilo Alexander.

Ahora Jáuregui deja La Opinión y empieza otro tramo de vida con nuevas expectativas, de cara al punto final. Y hace algún repaso de su carrera. 

A raíz de la crisis del bolívar de la década de 1980, deja de ejercer su profesión al perder  la mayoría de los clientes del área contable y “tuve un pequeño bache económico por no saber hacer negocios. Se me dio la opción de trabajar en el periodismo radial y manejar algunas jefaturas de prensa, como la del Mundial de Consolación de Baloncesto, que se hizo en Cúcuta en 1982, las clásicas de ciclismo del Norte de Santander y del Selle de Italia. El concejal y periodista Fermín Delgado Suárez, por recomendación de Víctor Hugo Pino, me hizo nombrar en 1983 jefe de la sección financiera de la Contraloría que dirigía Amanda Barrios Maldonado. La única condición era que debía apoyar a Guillermo López Jaimes, director de Enfoque Deportivo,  y así se hizo. De ahí en adelante todo marchó sobre ruedas y fui corresponsal de varios periódicos nacionales: en el área de deportes para El Colombiano, Revista Balón, el Nuevo Siglo y el Diario Deportivo. Manejé varios programas radiales además de laborar en todos los  periódicos de la ciudad: Diario de la Frontera, El Comercio y La Noticia, hasta que regresé nuevamente a La Opinión por invitación de Eustorgio Colmenares Baptista en calidad de free lance y tras su vil asesinato el actual director José Eustorgio Colmenares Ossa me vinculó de tiempo completo. En los últimos años escribí en algunas oportunidades para los periódicos Marca de España y El País de Uruguay”.

¿Qué experiencia le dejó su trabajo de periodista de deportes?

Me permitió vivir momentos cruciales del deporte local, nacional e internacional como vueltas a Colombia, Venezuela y el Táchira, eliminatorias mundialistas, Copa Libertadores, Mundiales de Ciclismo en San Cristóbal, estado Táchira (Venezuela) y Boyacá (Colombia) entre otras cosas.  Poder decir a muchos dirigentes las verdades sin temor a que mañana ellos le pudieran gritar a uno que recibió alguna dádiva, ayudar a formar a deportistas como personas.  Lo anterior me permitió cosechar una buena cantidad de amigos dentro y fuera de las fronteras del departamento y de todos los estratos sociales. 

¿Cómo se sintió en La Opinión?

La Opinión fue y es mi segunda casa, con un jefe como José Eustorgio Colmenares Ossa, que además de ser la principal autoridad de la empresa es un amigo, especialmente en los momentos críticos.  Me tendió la mano, sin ningún reparo, cuando me resultó el problema del cáncer con el que aprendimos a convivir los últimos 17 años y ahora con una anomalía cardíaca.  Hay empresas en que el empleado es un trabajador más, lo que no sucede en el periódico.

¿Y del ejercicio del periodismo cuáles son sus conclusiones? 

El periodismo es a la par de la medicina una de las profesiones más hermosas y gratificante del mundo porque permite llegar a la comunidad para contribuir a su progreso. El periodista debe denunciar, pero también a aportar soluciones a los problemas.   

¿Qué le queda por hacer?

Escribir un libro con algunas de los reportajes y otras vivencias del deporte diario, propias y ajenas, que no se contaron porque no era el momento adecuado. Además esperar a ser abuelo, porque el tiempo para hacer otro hijo ya pasó y en lo posible intentar volver a jugar fútbol.

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