Niños en sillas de ruedas, con síndrome de Down, autistas, con retardo mental, ceguera o con cualquier otra condición especial han atraído la suerte y el reconocimiento al músico René Ortega, un cazatalentos de estos pequeños y creador de bandas de paz, sinfónicas y grupos de villancicos.
“Primero, se seleccionan rítmicamente y se establece hacia qué instrumento se inclinan los niños o las niñas”, señala Ortega, un hombre de 32 años, nacido en San Antonio del Táchira (Venezuela) y con nacionalidad colombiana, director de la escuela de música Ritmo, en Cúcuta.
Aunque sus estudios primarios los inició en Bucaramanga, el bachillerato y su carrera profesional los culminó en Caracas, donde comenzó su historia musical.
“Cuando me gradué terminé trabajando para el Ministerio de Educación de Venezuela y me mandaron para un instituto de niños especiales. Para ello no estaba preparado, pero por obra de Dios y la música, llegué rápido a los niños y me gané su confianza y la autoridad”, señala Ortega.
En el 2008, este hombre formó su primera banda de paz (anteriormente llamadas bandas de guerra) con niños especiales que se denominó Banda Show Ritmo Especial del Instituto Virgen de Lourdes, con la que empezaron a darse a conocer y a viajar por el país vecino.
“Después hubo un concurso en el Táchira para crear una orquesta sinfónica con niños especiales y ganamos. Agarré los mejores pequeños de la banda y me los llevé para allá y recibí otros de diferentes lugares y viajamos por muchas partes de Venezuela con ese proyecto, por dos años”, indicó el músico.
René Ortega es un cazatalentos de estos pequeños y creador de bandas de paz, sinfónicas y grupos de villancicos para la temporada que hoy inicia. (Foto Luis Alfredo Estévez)
Proyecto Cúcuta
René Ortega regresó a Bucaramanga, pero desde hace siete años se radicó en Cúcuta con su esposa y sus dos hijas, e inició trabajando en una empresa privada de música, donde también innovó, vinculando a niños con necesidades educativas especiales.
“En Cúcuta compramos un apartamento muy cerca del Instituto La Esperanza, en el anillo vial, y cada vez que pasaba por allí, pensaba en esos niños. Hasta que un día me decidí y fui a hablar con la directora. Le aclaré que no venía a pedir trabajo, sino a mostrarle mi experiencia con esos pequeños y quedaron de llamarme. A los dos días ya estaba vinculado con ellos”, recuerda con cariño René.
En tres sedes, el Instituto La Esperanza atiende a 120 niños en un colegio, 60 en un seminternado (hijos de madres cabeza de hogar) y un internado donde viven 70 niños abandonados y 35 en condición de discapacidad.
Poco a poco, René fue seleccionando a los niños para crear la banda Ritmo Especial de Colombia Instituto La Esperanza con 30 de ellos. Los instrumentos también fueron llegando con la solidaridad de otras personas.
“Nos hemos presentado con éxito en muchos eventos y ferias. En diciembre conformamos un grupo de villancicos y asistimos a novenas”, destacó este músico, quien cumple 6 años de labores en La Esperanza.
Pero eso no es todo. Hoy en día René tiene su propia empresa de música, que administra junto a su esposa, donde sus invitados principales son estos niños y niñas, quienes el próximo 12 de diciembre estarán en un concierto navideño en un centro comercial de la ciudad.